El ruiseñor común

 


Figura 1. Ruiseñor común, Luscinia megarhynchos. Fuente: https://ebird.org/species/comnig2?siteLanguage=es

El ruiseñor común, Luscinia megarhynchos, es un ave paseriforme, migradora, que generalmente pasa el invierno en África. Se trata de un animal con apariencia poco llamativa, sin embargo su canto es melódico y conocido. 

Recibe diferentes nombres según la Comunidad Autónoma. En Galicia se le conoce por reiseñor o rousinol. En Cataluña, por rossinyol. Y en Euskadi por urretxindorra. 

Esta especie, a su vez, se puede dividir en 3 subespecies dependiendo de donde se reproduzca: L. m. megarhynchos se reproduce en la mayoría de Europa occidental, meridional y central, así como en el norte de África. En el Cáucaso y en Oriente Medio se reproduce la subespecie L. m. africana, y en Asia, desde Turkmenistán hasta Mongolia, se reproduce la subespecie L. m. golzii.


Características generales

Se caracteriza por un plumaje pardo por encima y blanco sucio por debajo, pecho y flancos ligeramente ocres. La zona inferior (garganta, pecho y vientre) presenta coloración más clara con plumas en tonalidades blancas y amarillentas. Las alas son de color pardo, más claras en el dorso (Collar & Christie, 2020).

Su figura es estilizada con una cola larga y ancha que presenta plumas de color rojizo. Su pico es fino y alargado, especializado en la alimentación insectívora. El color del pico es oscuro, más pálido en la base. Los ojos están rodeados por un anillo ocular fino y claro y, por encima, presentan una banda superciliar grisácea poco definida. El iris es de color pardo negruzco. Las patas son largas y de color marrón grisáceo (Collar & Christie, 2020).



Figura 2. Ejemplar de Luscinia megarhynchos. Fuente: https://www.fundacionaquae.org/wiki/ruisenor/


No existe un dimorfismo sexual aparente en esta especie. Sin embargo, cabe comentar que los machos son ligeramente más grandes que las hembras, teniendo una mayor envergadura alar. La longitud total es de unos 16-16,5 cm y la envergadura varía entre los 23 y los 26 cm. 

En la temporada de cría, parece ser que el peso de las hembras es ligeramente superior. Esto es debido al desgaste energético que provoca el canto de los machos en la época de apareamiento y al desarrollo de los huevos en el interior de la hembra antes de la puesta (Bermejo, 2004). 

Por otro lado, estas aves también pasan por un proceso de muda tras la época de cría, antes de la migración. 

Masa corporal: la variación a causa de la migración

Como se trata de un ave migradora transahariana, la masa corporal va a variar en función de la época del año en que se encuentre, siendo mayor en los momentos previos a iniciar la migración. Este suceso tiene lógica teniendo en cuenta el gran gasto que va a suponer el desplazamiento. Pueden llegar a aumentar un 50% su peso corporal. Por lo que, si durante la época de cría el peso medio se sitúa en unos 20 gramos aproximadamente, al iniciar la migración podrían llegar a pesar 30 g (Villarán, 2021). 


El canto del ruiseñor

El canto es lo más característico de esta especie. Solo cantan los machos, con la finalidad de atraer a las hembras y de delimitar sus territorios, avisando de su presencia a otros machos rivales.

Presentan una multitud de cantos diferentes (hasta 180), que van adquiriendo complejidad a medida que van envejeciendo. De esta forma, los machos jóvenes presentarán un canto más simple en comparación con los adultos. También son un indicador de la salud del individuo, a machos más sanos, más variedad y calidad (Villarán, 2021). El canto puede producirse por el día y por la noche. 

En el siguiente enlace se muestra el canto de un ejemplar macho adulto: Canto de un ejemplar macho de ruiseñor


Alimentación

La dieta está constituida principalmente por invertebrados, especialmente escarabajos (coleópteros) y hormigas (himenópteros). Pero a final del verano y en otoño se incluyen bayas y semillas. Pueden consumir caracoles, miriápodos y hemípteros. 

La alimentación suministrada a los pollos incluye: coleópteros (en sus formas larvarias y adultas), himenópteros (larvas y adultos), dípteros (larvas e imagos), lepidópteros (orugas y mariposas), hemípteros, colémbolos, plecópteros, ortópteros, neurópteros y tricópteros. Pero también se incluyen arácnidos, miriápodos, crustáceos (isópodos) y anélidos (Lumbricidae) (Collar & Christie, 2020).



Figura 3. Ruiseñor común cazando un insecto. Fuente: https://spain.inaturalist.org/taxa/13079-Luscinia-megarhynchos


Hábitat y distribución

Suele encontrarse en sotos de ribera o matorrales cerca de cursos de agua. También se encuentra en márgenes de bosques de hoja caduca y puede ocupar pinares con sotobosque denso, setos y arbustos y matorrales secos en zonas templadas y cálidas, áreas cultivadas con setos altos y viejos, bordes de carrizales y zonas húmedas, e incluso áreas urbanas con vegetación densa, como parques, grandes jardines y cementerios con vegetación silvestre. En la Península Ibérica frecuenta los sotos fluviales y las orillas de acequias y lagunas, así como los huertos. También se extiende por las campiñas y bosques de encinas, quejigos y robles con buen desarrollo arbustivo.

En el territorio europeo, tiene preferencia por dos tipos de hábitat: los bosques abiertos con matorral denso cercanos a masas de agua y los bosques perennifolios con maleza. Aunque también podemos encontrarlo en zonas de cultivo con abundantes arbustos (Collar & Christie, 2020).

En España se especialmente abundante, durante la época estival, en toda la región Mediterránea, a excepción de las montañas, siendo mucho más escasa en la región Eurosiberiana. Es poco abundante en las zonas costeras de Galicia, Asturias, Cantabria y Vizcaya. Cabe mencionar que debido al calentamiento global, existen poblaciones invernantes que no realizan migraciones. 

Migración 

En el caso de la subespecie L. m. megarhynchos, la migración tiene lugar a través del Norte de África, para invernar entre la zona oriental de Senegal y el oeste de Etiopía y Uganda. La distancia que pueden recorrer varía desde los 2500 km hasta los 4500 (Collar & Christie, 2020).

Durante las migraciones, estas aves hacen escalas para reponer fuerzas y alimentarse. 


Reproducción

Los machos suelen llegar a los territorios de cría unos diez días antes, en promedio, que las hembras. A su llegada, comienzan con el canto para establecer sus límites territoriales. Este canto es más intenso por la noche y conlleva un gran gasto de reservas. Solamente dejan de cantar cuando establecen una pareja con una hembra. Si esta muere o los abandona, retoman el canto. 

La época de cría comienza en abril y se prolonga hasta junio. Las hembras se encargan de construir el nido, que estará formado por hojas secas, musgo, plumas y hierba. Nidifica en la espesura de la vegetación y esconde el nido cerca del suelo. Generalmente disponen el nido a 20 cm del suelo, no suelen superar los 30 cm (Collar & Christie, 2020).

Las puestas más tempranas comienzan hacia final de abril, aunque la fecha media de puesta del primer huevo suele ser la mitad de mayo (Morgan, 2009). Las hembras suelen poner entre 4 y 6 huevos (a veces 3 o 7), de color verde grisáceo (Figura 4) o azul pálido con manchas de color marrón rojizo (Collar & Christie, 2020). 



Figura 4. Huevos de ruiseñor común. Fuente: https://www.tumblr.com/torcalrural/112312405383/nido-y-huevos-de-ruise%C3%B1or-luscinia-megarhynchos

Solo la hembra incuba los huevos. Por ello, durante la fase de incubación, las hembras presentan una placa incubatriz que es una adaptación para aportar el calor corporal más directamente. Esta placa incubatriz consiste en una pérdida de las plumas del vientre que queda así en contacto directo con los huevos, de forma que los vasos sanguíneos pueden aportar más calor para que el proceso se desarrolle más eficazmente. Los machos no incuban y, por tanto, carecen de placa incubatriz. Pese a que no colaboran en la incubación, los machos sí aportan presas y alimentan a las hembras durante este período (Villarán, 2021). 

Cuando nacen, ambos padres cuidan y alimentan a los pollos hasta que son independientes (Figura 5). Los pollos abandonan el nido a los 10 días aproximadamente. Los pollos se dispersan por los alrededores del nido, pero permanecen en la espesura circundante y son capaces de volar en 3-5 días. Todavía se mantienen dependientes de los padres entre 15 y 30 días (Collar & Christie, 2020). 



Figura 5. Ejemplar alimentando a sus crías. Fuente: https://www.miteco.gob.es/es/parques-nacionales-oapn/red-parques-nacionales/parques-nacionales/timanfaya/visita-virtual/fauna/ruisenor-comun/_jcr_content/root/container/container-main/container-content/image2.coreimg.jpeg/1688402292288/062-tcm30-68015.jpeg


Si la puesta fue temprana y aún se encuentran en temporada de reproducción, la hembra puede realizar una segunda puesta, con menos huevos. Mientras el macho termina de alimentar a las crías anteriores. 


Depredadores

Entre los depredadores habituales se encuentran los perros Canis familiaris y los gatos Felis silvestris en las áreas urbanas, y los turones Mustela putorius, las comadrejas Mustela nivalis, las martas Martes martes, las garduñas Martes foina y los zorros Vulpes vulpes en ambientes silvestres (Villarán, 2021).

Entre las rapaces diurnas de las que el ruiseñor común forma parte de la dieta se ha citado al gavilán Accipiter nisus y al halcón de Eleonora Falco eleonorae. En cuanto a las rapaces nocturnas, se ha constatado la depredación por parte de la lechuza común Tyto alba, el búho chico Asio otus y el cárabo común Strix aluco (Villarán, 2021).



Figura 6. Turón Mustela putorius. Fuente: https://trenca.org/es/noticias/otras-actuaciones/una-veintena-de-turones-del-centro-de-la-peninsula-iberica-se-liberaran-en-2021-en-cataluna-para-salvaguardar-a-esta-especie-en-peligro-critico/


Amenazas y conservación

Las amenazas a las que se enfrenta esta especie son varias (Villarán, 2021)

- La modernización de la agricultura y el uso de insecticidas y plaguicidas. La agricultura intensiva, la eliminación de los setos y de la maleza, así como el mantenimiento y desbroce de las zonas verdes en las ciudades, ha eliminado potenciales hábitats y ha reducido las poblaciones en numerosos países. Los productos químicos utilizados en la agricultura y los tratamientos forestales constituyen una amenaza para la especie, pues reducen la cobertura para instalar los nidos y la cantidad de invertebrados que constituyen su dieta. 

La pérdida de hábitat es el principal problema para la conservación de la especie, debido a la destrucción de lugares propicios para su nidificación.

Las variaciones climáticas han sido la principal causa de las fluctuaciones poblacionales y han influido incluso más que la pérdida de hábitat, al menos en su límite norte de distribución.  

- La caza ilegal constituye una amenaza, especialmente en las zonas en las que existe una intensa tradición cinegética. La introducción de especies con interés cinegético y el aumento incontrolado de la población de jabalíes Sus scrofa podrían ser amenazas en algunas zonas concretas. 

- Los incendios en época de cría, las molestias por parte de personas y mascotas en las inmediaciones de los nidos, el crecimiento urbanístico, la extensión de monocultivos y los atropellos (especialmente de jóvenes durante la migración). 


Esta ave presenta protección legal por ser un ave insectívora y migradora, además existen otras iniciativas dirigidas a su protección y conservación. El programa “Ríos de Vida. Campaña Riberas” implementado por la Sociedad Española de Ornitología – SEO/BirdLife se dirigía a la protección de los hábitats relacionados con los sotos fluviales y las márgenes de los ríos y arroyos. Dada la importancia de estas zonas para la especie en cuestión. 


Bibliografía

Bermejo, A. (2004). Migratología, estructura y dinámica poblacional de paseriformes asociados a vegetación de ribera. Tesis Doctoral. Universidad Autónoma de Madrid.

Collar, N., Christie, D. A. (2020). Common Nightingale (Luscinia Megarhynchos), version 1.0. In Birds of the World (J. del Hoyo, A. Elliott, J. Sargatal, D. A. Christie, E. de Juana, Editors). Cornell Lab of Ornithology, Ithaca, NY, USA. https://doi.org/10.2173/bow.comnig1.01

Csörgo, T., Fehérvári, P., Karcza, Z., Harnos, A. (2017). Exploratory analyses of migration timing and morphometrics of the Common Nightingale (Luscinia megarhynchos). Ornis Hungarica, 25 (2): 116-140.

Villarán, A. (2021). Ruiseñor común – Luscinia megarhynchos. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Tellería, J.L. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid



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