El tejón o teixugo

 


Figura 1. Tejón o Meles meles L. Fuente: http://faunaibericagaleia.es/blog/el-tejon-uno-de-nuestros-desconocidos-nocturnos/


El tejón, teixugo, cocho teixo, porco teixo, melón o Meles meles L. es un mustélido de buen tamaño, entre 10 y 15 kg que se distribuye ampliamente, siendo relativamente común en Galicia. Es un animal de una gran adaptabilidad para vivir en una amplia variedad de ambientes. Además, es un animal fosorial, que explicaremos lo que significa a continuación, y muy incomprendido y desprestigiado por la sociedad. 

Características generales

Sus rasgos están condicionados por su forma de vida fosorial. Es decir, es un animal adaptado a pasar parte de su vida bajo la superficie terrestre. Como tal, se caracteriza por su habilidad para excavar y abrirse paso bajo la superficie terrestre, por eso presenta unas extremidades fuertes, acabadas en unas poderosas uñas no retráctiles. La cabeza también presenta características relacionadas con este tipo de vida, ya que se trata de una cabeza pequeña, muy robusta y con un cuello muy fuerte que apenas se aprecia. El cuerpo es alargado, robusto y terminado en una cola pequeña. Sus ojos son pequeños y su sentido de la vista está menos desarrollado que el del olfato, que resulta fundamental para encontrar alimento en estas condiciones. Presenta vibrisas en el hocico que le sirven como órgano táctil. A mayores, sus orejas son pequeñas y las pueden cerrar cuando excavan (Virgós, 2017). 

Existe dimorfismo sexual en cuanto al tamaño, los machos son ligeramente más grandes que las hembras. Sin embargo, algunos estudios establecen que no existe tal dimorfismo, que depende del ejemplar (Zabala, 1980). 

El color del cuerpo es grisáceo en la parte dorsal y más oscuro en su parte ventral con un diseño facial característico consistente en un fondo blanco surcado por dos bandas negras que cubren la zona de los ojos (Figura 2). Un dato interesante de estos animales, es que tienen una mandíbula muy poderosa, con la que pueden morder con una fuerza increíble. Esto es debido a la morfología de su cresta sagital y del punto de articulación de la mandíbula (Virgós, 2017). 


Figura 2. Ejemplar de tejón Meles meles L. Fuentehttps://centrocampillo.wordpress.com/2019/11/22/el-tejon-meles-meles-y-sus-rastros/

El tejón presenta un par de glándulas anales y una sub-caudal justo por debajo de la cola  que están relacionados con la comunicación intraespecífica que es fundamental en esta especie. Los productos que liberan estas sustancias pueden encontrarse en las heces, letrinas y también los usan para marcarse unos individuos a otros durante las relaciones sociales (Virgós, 2017). 

La huella del tejón (Figura 3) es muy característica, se trata de un animal plantígrado con una almohadilla grande, rectangular y apenas lobulada. Se suelen marcar los 5 dedos redondos y casi alineados. Sin embargo, el pulgar a veces no se imprime. Siempre se marcan las garras. Si se trata de un terreno blando, también se puede ver el talón si se trata de la mano, en el caso del pie no se marca (Salgado, 2014). 


Figura 3. Huella de tejón. Fuente: https://sierradebaza.org/fichas-tecnicas/fichas-de-fauna/fichas-mamiferos/ii-orden-carnivora/familia-mustelidos/tejon-meles-meles


Los tejones son animales nocturnos, raramente podemos verlos a la luz del día. Normalmente se resguardan en sus madrigueras o tejoneras descansando. Sin embargo, si se encuentra en una zona en la que el terreno no le permite excavar, puede resguardarse entre las raíces de un árbol, en un matorral denso de difícil acceso, entre otros. Están más activos en primavera y en verano, en otoño e invierno la actividad es mínima y el período de descanso se extiende (Virgós, 2017). 

En este enlace, podemos observar a un tejón merodeando por la noche y seguramente buscando alimento: Tejón curioso


Alimentación 

Es un animal omnívoro con una dieta muy diversa (Figura 4). Aunque su alimentación ha sido motivo de controversia, ya que se creía una especie especialista en el consumo de lombrices de tierra, hoy en día se sabe que existe cierta predilección por las mismas en el caso de que se encuentren en abundancia, pero que su dieta abarca mucho más (Barea-Azcón, 2001). En las zonas secas, se especializan en conejos y también consumen frutos silvestres, insectos u hongos. En las zonas de clima más húmedo, las lombrices son parte fundamental de la dieta, pero también los frutos silvestres, insectos y hongos. Pero también se aprovecha de los cultivos humanos si tiene ocasión. García-Díaz. en su estudio Consumo de una carpa Cyprinus carpio L., 1758 por el tejón Meles meles (L., 1758), mediante el registro de varias tejoneras descubrieron restos óseos de una carpa común, lo que respalda aún más la dieta generalista de este mustélido. 



Figura 4. Tejón buscando insectos. Fuente: https://misanimales.com/alimentacion-del-tejon/


Cabe destacar que los tejones responden a los cambios en la disponibilidad estacional de recursos modificando su dieta. Siendo común el desplazamiento como búsqueda de alimento, así como el uso de letrinas y refugios. También varía según el área de la Península Ibérica en el que se encuentren, por ejemplo, en el caso de la lombriz, en poblaciones del norte peninsular se consume en porcentajes del 20-40% con respecto a la totalidad de la dieta. Sin embargo, en las zonas meridionales, este porcentaje es muy bajo. Otro ejemplo sería el caso de Doñana, donde el tejón redujo drásticamente su caza de conejos debido a la fiebre hemorrágica de 1990 (Virgós, 2017). 

En este enlace podemos ver a otro ejemplar merodeando: Tejón Meles meles L.


Madrigueras o tejoneras

Meles meles L. excava madrigueras subterráneas (Figura 5) que se componen de una cámara principal acomodada con material vegetal como hierbas, hojas y musgo. Este lecho vegetal es usado a modo de cama para el reposo diurno y para la cría. También pueden descansar en oquedades de árboles o en matorrales. La entrada a la tejonera es más ancha que alta y se continúa en una senda hasta la cámara principal y accesorias. Hacen letrinas en las inmediaciones de la tejonera (Salgado, 2014). 

Se suelen localizar en el centro del territorio del animal, generalmente en lugares boscosos aunque cerca de pastizales y cursos de agua. Pueden excavarla bajo rocas o grandes árboles con el fin de que las piedras o raíces estabilicen la estructura y que el riesgo de colapso sea menor. Así cómo también las construyen en pendiente para evitar la inundación (Salgado, 2014). 

Un detalle interesante es que la tejonera es heredada y ampliada por los descendientes, pueden participar varias generaciones en su construcción, acabando por convertirse en una red de túneles con varias cámaras e incluso a varios niveles de profundidad. Normalmente,  un macho y una hembra adultos y los jóvenes del año usan una madriguera principal y/o varias menores, con una o pocas entradas, repartidas por el territorio. Sin embargo, en las islas británicas y en otras zonas de Europa, los
grandes clanes, de hasta 30 individuos, construyen una gran madriguera principal, un sistema complejo de galerías, habitaciones y accesos, comunal y preferente, y otras secundarias de uso ocasional (Salgado, 2014). 

El zorro (Vulpes vulpes L.), el gato montés (Felis silvestris L.), la gineta (Genetta genetta L.), el meloncillo (Herpestes ichneumon L.) y otros mustélidos se guarecen en tejoneras abandonadas. Incluso pueden llegar a compartirlas (Salgado, 2014). 

En el siguiente enlace, podemos ver a un ejemplar entrando y saliendo de su madriguera y a un curioso visitante: Madriguera de tejón



Figura 5. Diversas entradas a una tejonera. Fuente: https://www.biodiversidadvirtual.org/mamiferos/Tejonera-Meles-meles-img2574.html


Hábitat y distribución

El tejón alterna bosques y prados, en áreas no muy elevadas, frescas y con abundantes precipitaciones. Así como, se observa un incremento en la abundancia de esta especie en zonas donde el terreno es excavable y con grandes pedregales. Sin embargo, lo que marca principalmente su preferencia por una área u otra es la disponibilidad de alimento y donde ubicar sus tejonera, es decir, un refugio. 

Por ejemplo, en el caso de Asturias, su presencia está relacionada con zonas con baja altitud, pastizales y suelos bien drenados (Prieto et al. 2016). En el País Vasco, el tejón rechaza las plantaciones de pino y los eucaliptales, prefiriendo las zonas de prados y valles. Sin embargo, en Galicia, es común en los eucaliptales. En el caso de Doñana, la presencia y abundancia de la especie está directamente relacionada con la densidad de conejo y la existencia de matorrales. En las zonas mediterráneas, su presencia está determinada por la agricultura, prefiriendo un ambiente heterogéneo con cultivos en mosaico, bosque y arroyos. Pero en las zonas semiáridas, prefiere las zonas de frutales, áreas con rocas y matorrales y evitan los cultivos agrícolas intensivos y los asentamientos humanos. Cabe destacar la abundancia de tejones en el sur de Portugal, esto es debido a que existen muchos sitios favorables para excavar tejoneras y por la abundancia de alimento (Virgós, 2017).

Es necesario puntualizar, que estos animales han sido hallados incluso en zonas esteparias, en desiertos y en zonas de moderada altitud (Revilla et al. 2002). 


Reproducción

Se trata de animales polígamos, sin embargo al vivir en grupos sociales suelen existir un macho y una hembra dominantes. Los machos tienden a expandir su territorio con el fin de incluir un mayor número de hembras (Prieto et al. 2016). 

Una de las características más importantes es que, después del apareamiento, los embriones pueden retrasar su implantación en el útero, este hecho es conocido como diapausa embrionaria. Esto hace posible que se produzcan nuevos apareamientos y nuevas fertilizaciones, con lo que la paternidad de los cachorros es múltiple. Este fenómeno es beneficioso para la especie, ya que reduce el riesgo de infanticidio (Prieto et al. 2016). 

Los apareamientos y posteriores nacimientos tienen lugar en distintos meses dependiendo del lugar donde se producen. Es decir, si una pareja se reproduce en Doñana, esto tendrá lugar entre diciembre-enero (justo después de los nacimientos procedentes del celo del año anterior) y los alumbramientos se producirán entre finales de noviembre y enero. Sin embargo, si se reproduce una pareja de Reino Unido, el parto tiene lugar entre enero y febrero (Virgós, 2017). 

En una población con poca densidad, se reproducirían todas las hembras, pero en casos en los que existe un mayor número de individuos, se produce un fenómeno conocido como supresión reproductiva, en el cual solo algunas hembras de cada grupo se reproducirían cada año. Los machos alcanzan la madurez sexual al año de edad y las hembras pueden parir a los dos (Revilla  el al. 2002). 

El número de crías por camada es variable (Figura 6), en la Península Ibérica ronda los dos o tres cachorros. Estos permanecen en una cámara especial de la tejonera hasta las 9 o 10 semanas, momento en el cual ya tienen capacidad termorreguladora. Se cree que el período de lactancia dura sobre 12 semanas, pero no se conoce con exactitud (Virgós, 2017). 


Figura 6. Tejón hembra y su cría. Fuente: https://www.wythamwoods.ox.ac.uk/event/the-poetry-of-badgers


Comportamiento social 

Los patrones de organización social de los tejones son muy variados y complejos. Lo más común y sencillo se basa en una territorialidad intrasexual, en la que el territorio es ocupado por una hembra y un macho reproductores y por algún adulto no reproductor. Si existe una elevada disponibilidad de alimento y la tasa de mortalidad es baja, los grupos son más complejos y pueden estar formados por varias decenas de adultos. Por ejemplo, en las zonas ricas en lombrices, viven en grandes grupos de hasta más de 30 individuos y alcanzando grandes densidades. Estos grandes grupos se forman por la retención en los territorios de la pareja reproductora de los jóvenes de cada año que tiene más beneficios por quedarse con los padres que por buscar nuevos territorios. En el Mediterráneo, y otras zonas de calidad inferior, la situación es distinta, los tejones viven en parejas que a lo sumo comparten con las crías del año. Éstas suelen dispersarse en el otoño o principios del invierno. En general, en las zonas más ricas en recursos, suele haber menos tejoneras pero usadas más frecuentemente, mientras que en las zonas más pobres los tejones optan por tener más tejoneras repartidas por su gran territorio pero que usan de manera muy esporádica (Revilla et al. 2002; Virgós, 2017). 

Estos animales, delimitan los territorios mediante las letrinas, pequeños agujeros en los que depositan sus heces y los productos derivados de las glándulas anal y subcaudal. Aunque estas letrinas también se encuentran al lado de las tejoneras y en aquellas parcelas del territorio ricas en alimento u otros recursos (Salgado, 2014).

Enfermedades 

Los tejones son portadores de Mycobacterium bovis, el agente infeccioso implicado en la tuberculosis bovina. Este hecho ha motivado campañas de control de sus poblaciones en el Reino Unido. Su prevalencia en España es poco conocida, aunque se han conocido varios casos. La tuberculosis bovina puede persistir en Doñana a través de los carnívoros (Virgós, 2017).

Otra enfermedad habitual en la especie es la coccidiosis. Esta enfermedad es especialmente grave en el caso de los jóvenes, que pueden incluso morir por esta causa. Una buena parte de la mortalidad antes del primer año es debida a los coccidios, especialmente cuando los veranos son muy secos, algo cada vez más frecuente en la Península Ibérica (Virgós, 2017). 

Amenazas

A pesar de que la sociedad cree que el tejón no es un animal amenazado, sí que lo es, y aquí os presento algunas de las amenazas a las que se enfrenta (Virgós, 2017):

- Caza furtiva: la caza indiscriminada de depredadores afecta negativamente al tejón, existen áreas en las que ha desaparecido. En el siguiente enlace podemos ver como liberan a un ejemplar de una trampa puesta por un cazador furtivo: Liberación de un tejón

- Atropellos: en zonas de alta densidad poblacional, es un problema frecuente. Los atropellos de tejones tienen lugar sobre todo durante la dispersión. De un total de 806 carnívoros registrados muertos por atropello en carreteras del sur de Portugal, 81 correspondieron a tejones (Grilo et al., 2008). 

-Alteración y fragmentación del hábitat: pierden sus hábitats más adecuados por cambios en las políticas agrarias (agricultura intensiva) o/y forestales (plantaciones de eucaliptos) unidas al incremento de las infraestructuras viarias y urbanizaciones. 

-Envenenamiento: El tejón es una de las especies de carnívoros más propensa a sufrir envenenamiento por cebos ilegales.

- Mortalidad directa por el hombre: en Doñana se ha demostrado que la cercanía a pueblos puede afectar negativamente a las poblaciones de tejón por un incremento de la mortalidad directa asociada a la presencia de perros.

- Por último, cabe destacar que el pelo de tejón se utiliza para brochas de afeitar, aunque a menudo se alega que procede de otra especie introducida (Arctonyx collaris) que no está protegida. Mediante análisis de ADN mitocondrial se ha demostrado que el pelo de tejón se sigue utilizando en países europeos en los que la especie está protegida. De hecho, si tenéis curiosidad, entrando en Internet escribiendo: "brocha de afeitar hecha con pelo de tejón", hay miles de resultados. 

Conservación

En 2015, el tejón europeo entró en la Listado de Especies Amenazadas de la IUCN, actualmente su estado es LC o preocupación menor. Como medidas de conservación, en España se han designado Zonas Importantes para los Mamíferos o ZIM en las que se encuentra también Meles meles L. 


Bibliografía

Apuntes de clase. 

Barea-Azcón, J,M, Ballesteros, E, & Gil-Sánchez, J,M. (2001). Ecología trófica del tejón (Meles meles L., 1758) en una localidad de las sierras subbéticas (SE España). Resultados preliminares. Galemys 13 (nº especial). 

García-Díaz, P. (2010). Consumo de una carpa Cyprinus carpio L., 1758 por el tejón Meles meles (L., 1758). Galemys 22 (2):55-57. 

Grilo, C., Bissonette, J. A., Santos-Reis, M. (2008). Spatial-temporal patterns in Mediterranean carnivore road casualties: consequences for mitigation. Biological Conservation, 142 (2): 301- 313.

Prieto, M, Quirós, P, Royo, L. J, Espí, A, & Balseiro, A. (2016).  El Tejón europeo (Meles meles) en Asturias. Tecnología Agroalimentaria nº 19. 

Salgado I. (2014). Tejón europeo Meles meles (Linnaeus, 1758). En: Calzada J., Clavero M. & Fernández A. (eds). “Guía virtual de los indicios de los mamíferos de la Península Ibérica, Islas Baleares y Canarias”. Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM).

Revilla, E., Casanovas, J. G., Virgós, E. (2002). Tejón (Meles meles). Pp. 274-277. En: Palomo, L. J., Gisbert, J. (Eds.). Atlas de los mamíferos terrestres de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza-SECEM-SECEMU, Madrid.

Virgós, E. (2017). Tejón – Meles meles. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/

Zabala, J. (1980). Biometría del Tejón (Meles Meles L. 1758) en la Sierra de Aralar. Sociedad de Ciencias Naturales  Aranzadi. Año XXXII - Número 3-4 - 1980. Páginas 301-315.


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