El lince ibérico
Figura 1. Ejemplar de lince ibérico Lynx pardinus. Fuente: http://www.juntadeandalucia.es/presidencia/portavoz/tierraymar/161302/linceiberico/naturaleza/fauna/PeninsulaIberica/poblacion/especie/conservacion/Andalucia/ejemplares/censo/Lynxconnect/Life/JuntadeAndalucia/GobiernodeAndalucia
El lince ibérico o Lynx pardinus es un félido endémico del área mediterránea de la Península Ibérica. Es grande en comparación con un gato doméstico, ya que puede pesar hasta 13 kg, pero pequeño en comparación con los grandes linces boreales, que son el doble de su tamaño. Se trata de una especie en grave peligro de extinción, lo que ha llevado a tomar medidas drásticas para su conservación, llevando a cabo planes de cría en cautividad para preservar la especie. De hecho, se trata de la especie de felino en mayor peligro de extinción del mundo.
Características generales
El lince se caracteriza por unos ojos claros y de gran tamaño que destacan con respecto a la cabeza, que es de un tamaño pequeño (Figura 2). Las orejas son grandes y rematadas en mechones de pelo denominados pinceles. Las patas son largas en relación con el tamaño del cuerpo y su cola corta. Las patas tienen cuatro dedos con garras retráctiles y una almohadilla plantar con borde posterior trilobulado. Las hembras presentan cuatro pares de mamas en la región abdominal.
El pelo de este animal es leonado, intenso en cabeza, cuello y lomo y más claro en los flancos y extremidades. Está salpicado de manchas negras cuyo tamaño y disposición varía según el individuo. Las partes inferiores son de color blanco sucio, a veces con manchas poco marcadas. El rostro es corto, flanqueado por pelos largos o patillas de color blanco y negro. Los ojos muestran un contorno claro y una lista negra que parte de su ángulo externo. La barbilla y la garganta son blancas y el pincel auricular negro. Las orejas son negras con una banda parda clara o grisácea en el centro. La cola termina en una banda negra.
Existe dimorfismo sexual en cuanto al tamaño, siendo los machos mayores que las hembras.
Figura 2. Ejemplar de lince ibérico. Fuente: https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2022/02/20/lince-iberico-sale-extincion-62964564.html
Lynx pardinus tiene 28 dientes. Su morfología dental es similar a la de los otros felinos. Y al igual que ellos, presenta dientes temporales o deciduos que serán sustituidos por permanentes. Los dientes deciduos en el lince ibérico son exfoliados y sustituidos por los caninos permanentes que comienzan a erupcionar antes de los incisivos permanentes, seguidos inmediatamente por la erupción del cuarto premolar y primer molar maxilar, y primeros premolares mandibulares. Los siguientes dientes deciduos a exfoliar son los cuartos premolares deciduos maxilares y mandibulares, seguidos por el tercer premolar deciduo maxilar y mandibular. Los incisivos permanentes maxilares y mandibulares erupcionan simultáneamente, pero al igual que ocurre con los molares, la dentición mandibular comienza a erupcionar un diente retrasado en relación con las series maxilares. Los caninos permanentes del maxilar y mandíbula son los últimos dientes en completar la erupción (Collados, 2021).
Figura 3. Lince ibérico bostezando y permitiendo ver su increíble dentadura. Fuente: https://www.elimparcial.com/locurioso/Encuentran-esqueleto-de-un-lince-iberico-de-hace-un-millon-de-anos-20210621-0049.html
Cabe destacar que se trata de un animal cuya actividad se da principalmente entre el crepúsculo y la noche, aunque también podemos verlo a la luz del día (Penabad et al., 2012).
Alimentación
La dieta del lince ibérico está mucho mejor estudiada que la del gato montés. Antes de comenzar a hablar detalladamente sobre su alimentación, quiero aclarar una cuestión que me parece importante. El lince está especialmente adaptado a la captura de conejos, son su presa básica y originariamente eran también un endemismo ibérico, aunque hoy en día se encuentran distribuidos por todo el mundo. Depredador y presa (lagomorfos: conejos y liebres) han coevolucionado durante largo tiempo, de manera que el fuerte declive del conejo a causa de enfermedades como la mixomatosis y la neumonía hemorrágica originó paralelamente el declive del lince.
En cuanto al análisis detallado de la dieta, como acabamos de comentar, está compuesta fundamentalmente por conejos de monte Oryctolagus cuniculus, que constituyen la presa mayoritaria, y en ocasiones casi exclusiva, en todas las localidades donde se ha estudiado. Por ejemplo, en una muestra de tractos digestivos procedentes de Sierra Morena y Montes de Toledo, la frecuencia de aparición de conejos fue del 69%. La frecuencia de aparición de conejos en excrementos de lince ibérico fue 95% en las Sierras de Gata y Lagunilla y 96% y 76% en Malcata, Portugal, entre otros (Rodríguez, 2017).
La dieta del lince en Sierra Morena, basada en el análisis de 360 excrementos, se compone de conejos, seguido de perdices. En Doñana, que es la localidad mejor documentada sobre este tema, tras el análisis de 3.209 excrementos se ha determinado que el conejo aparecía en más del 90% de ellos. Se cree que el predominio del conejo en la alimentación del lince es continua a lo largo del año, pero no hay datos que lo indiquen claramente (Rodríguez, 2017).
El resto de presas de su dieta está compuesta, de manera minoritaria, sobre todo en la época de otoño e invierno cuando la disponibilidad de conejos es más baja, por liebres, aves (como la perdiz roja), micromamíferos (roedores) y, muy raramente, reptiles. También destaca la caza de ungulados, como los gamos y los ciervos. Estos últimos en menor cantidad, ya que se trata de animales de gran tamaño y conlleva un gran riesgo para el animal, por lo que sólo cazan a crías o juveniles (Rodríguez, 2017).
En cuanto a la caza de las presas (Figura 4), una vez localizada, el comportamiento más habitual es el rececho, mediante aproximación cautelosa aprovechando la cobertura disponible, seguida de acecho y uno o varios saltos finales. El ataque no prosigue si el ataque por sorpresa no ha tenido efecto. También se ha descrito la espera como técnica de caza: el lince permanece inmóvil en terreno abierto, aparentemente camuflado contra las matas cercanas y aguarda a que los conejos salgan. Aunque en absoluto se trata de una presa habitual, el lince puede atacar a las perdices en vuelo bajo. El lince ibérico mata los conejos y las anátidas de un mordisco en la nuca o en el cuello, respectivamente. Los ungulados son reducidos por asfixia mediante mordisco en la garganta, el mismo procedimiento que utilizan los grandes felinos. Los ciervos y gamos abatidos son escondidos rudimentariamente y el lince puede visitarlos varias veces para alimentarse antes de ser descubiertos por los carroñeros. Todas las presas son trasladadas a un lugar con cobertura arbustiva para su consumo. El lince ingiere en promedio el 86% de la biomasa de cada conejo (suelen dejar las vísceras, los pies, y trozos de piel), mientras que tiende a consumir sólo las grandes masas musculares de las extremidades de los ungulados. Se han descrito episodios de juego con conejos, consistentes en secuencias incompletas de depredación en las que un lince deja escapar a la presa para saltar de nuevo sobre ella. El significado adaptativo de este comportamiento podría no estar restringido al desarrollo de la destreza depredadora de los linces jóvenes, como comúnmente se admite, puesto que también se ha observado en individuos subadultos y adultos (Rodríguez, 2017).
En el siguiente enlace, podemos observar a un lince realizando un espectacular salto para cazar a una perdiz: Lince cazando al vuelo
Figura 4. Lince ibérico cazando a un conejo. Fuente: https://revistajaraysedal.es/fotografia-instante-lince-caza-conejo-toledo/
Hábitat y distribución
Además del Parque Nacional de Doñana y sus alrededores, los linces se encuentran en áreas montanas entre 400 y 1.300 m de altitud con formaciones vegetales mediterráneas pseudonaturales no sometidas a usos intensivos. En el pasado, antes de su declive, cubría prácticamente toda la Península Ibérica, de hecho se cree que pudo haber ocupado ambientes más atlánticos (Rodríguez, 2017).
El lince ibérico prefiere áreas donde el matorral mediterráneo es predominante, es decir, formaciones puramente arbustivas o de sotobosque, así como donde el conejo sea más abundante. La presencia de eucaliptos o pinos, influye negativamente en la presencia de este animal, así como la densidad de carreteras y de zonas urbanizadas (Palomares, 2001).
Para que una hembra adulta establezca un territorio de cría debe darse un área con una combinación de matorrales y pastizales determinada, es decir, debe de ser también un hábitat ideal para la proliferación de conejos. Sin embargo, en el caso de ejemplares juveniles, prefieren territorios con predominancia de matorrales (arbustos altos como lentiscos y mirtos en Doñana) (Palomares, 2001).
En Doñana, el matorral mediterráneo es la formación vegetal más frecuente y la utilizada con mayor intensidad. Este tipo de hábitat contiene casi el 75% de los conejos disponibles. Durante la dispersión juvenil y la fase postdispersiva, las plantaciones de pinos son utilizadas con frecuencia por los linces, pero no las de eucalipto. Sin embargo, la densidad de conejos en las plantaciones de pinos es entre 15 y 20 veces inferior que en el matorral. Cabe destacar que la presencia de puntos de agua y una actividad humana reducida son también elementos definitorios de un hábitat de calidad para la reproducción del lince ibérico (Palomares, 2001).
En cuanto al área de distribución del lince, a finales del siglo XIX y principios del XX era raro o había desaparecido de gran parte de la meseta norte, el valle del Ebro, el Sistema Ibérico, y las tierras bajas de la costa mediterránea hasta Almería. Así mismo, sólo recogían informaciones anecdóticas relativas a Galicia, la cornisa Cantábrica, Navarra y el Pirineo. Podría haberse extinguido ya en el norte y centro de Portugal. La disminución del área de distribución ha continuado con ritmo acelerado desde entonces. A mediados del siglo XX el lince ibérico ocupaba un área aproximada de 58.000 km2, que comprendía una gran población continua a lo largo de Sierra Morena y Montes de Toledo, pero también amplias áreas de las sierras extremeñas, del Sistema Central, de las sierras Subbéticas y de la costa onubense. Varias de estas poblaciones se continuaban en áreas fronterizas de Portugal. Durante la última década del siglo pasado algunos estudios locales confirmaban la presencia de la especie en las sierras subbéticas de Jaén y Granada y en la sierra de Gata. En 1994, se reconocían 4 poblaciones de lince en Portugal, llegó a considerarse próximo a la extinción (Rodríguez, 2017).
Actualmente, se ha reintroducido el lince criado en cautividad en Doñana, Andújar y en Guadalmellato y en Guarrizas, a unos 50 km de las poblaciones existentes. También se ha reintroducido en en el valle del Guadiana en Portugal, Valdecigüeñas y valle del Matachel en Badajoz, sector norte de Montes de Toledo y Sierra Morena de Ciudad Real (Rodríguez, 2017).
Reproducción
La reproducción del lince es uno de los aspectos menos conocidos dentro de su biología. Los machos se caracterizan por tener unos testículos pequeños y con pocos espermatozoides. En varios estudios se habla de que son animales monógamos, que solamente solapan su territorio con una hembra, pero también existen ciertos casos de poliginia, con machos que solapan su territorio con 2 o 3 hembras o hembras que se reproducen con más de un macho. Algunas hembras pueden criar todos los años, otras no, pero no se observa una correlación entre este hecho y la disponibilidad de alimento. Sin embargo, sí que existe relación entre la heterogeneidad del hábitat y el éxito reproductivo, siendo este último mayor cuanto mejor sea la calidad del hábitat (Palomares et al. 2005).
El celo suele tener lugar en enero y, en general, los nacimientos en marzo. Se han observado casos de partos sincrónicos entre hembras vecinas, es decir, con 2 o 3 días de diferencia. La camada suele ser de 3 cachorros, 5 como máximo. Se sabe que en cautividad las crías son amamantadas durante 8 meses aproximadamente. Tras el parto, los cachorros permanecen alrededor de 20 días en la madriguera natal, antes de ser trasladados por la madre a madrigueras auxiliares. El uso de varias madrigueras auxiliares puede estar relacionado con el abandono de la madriguera natal tras ser sometida a molestias humanas, pero también existen otras ventajas potenciales, como reducir la exposición a ectoparásitos y depredadores, o situar a la camada cerca de áreas ricas en alimento. Los cachorros abandonan las madrigueras a los dos meses de edad, en cuanto son capaces de acompañar a su madre. Cabe mencionar que de los tres cachorros que nacen en la mayoría de los partos, uno no suele sobrevivir más allá de los 3 meses (Palomares et al. 2005).
Añado este enlace para que veáis a una hembra (que presenta un collar de seguimiento) con sus crías: Madre con sus crías
Figura 5. Hembra de lince ibérico con sus dos crías. Fuente: https://www.publico.es/sociedad/nacen-cuatro-nuevos-cachorros-lince-centro-cria-acebuche.html
El lince: un animal solitario que persigue a otros depredadores
Los linces son fundamentalmente solitarios. Los contactos entre individuos se limitan al corto período de celo, al cuidado parental de las hembras y a excepcionales interacciones agresivas entre individuos del mismo sexo que se disputan el espacio. Ocasionalmente también se han observado grupos de individuos emparentados alimentándose juntos de grandes presas. En este enlace, vemos a dos linces enfrentándose por su territorio: Enfrentamiento entre linces
En cuanto a la coexistencia con otras especies de carnívoros: el lince persigue y mata a otros carnívoros de menor talla sin consumirlos (zorros, meloncillos, ginetas, y perros y gatos domésticos). Puesto que la mayoría de dichos depredadores consumen conejos, la observación se ha interpretado como un comportamiento de reducción de la competencia mediante interferencia. En Doñana se ha observado que meloncillos y ginetas evitan el espacio que los linces utilizan regularmente, pese a tratarse de un hábitat de alta calidad en recursos tróficos y refugio. Esta conducta se ha interpretado como una reducción del riesgo de depredación.
Amenazas
La reducción de la distribución del lince está ligada a las transformaciones agrícolas (agricultura intensiva) y silvícolas a gran escala. Lo que ha llevado una progresiva pérdida del hábitat y a cambios en la estructura paisajística, lo que a provocado a su vez un declive en las poblaciones de conejo, afectando así al lince ibérico. Hay que considerar a un ecosistema como una cadena, cuando algo falla, se genera un efecto dominó que afecta a todo integrante. Lo mismo que le ha pasado al lince, le ha sucedido a muchas especies en la Península Ibérica y alrededor del mundo. La sociedad debería ser consciente que, si una pequeña alteración del hábitat puede tener graves consecuencias, imaginemos lo que puede provocar una alteración total.
Debemos tener en cuenta que el lince es un especialista que sólo vive en el monte mediterráneo y que estas grandes áreas son eliminadas para urbanizar, para construir embalses, infraestructuras industriales y de transporte o para establecer explotaciones agropecuarias y silvícolas. Y las pocas masas de monte que quedan son alteradas por la intensificación y gestión inadecuada de la ganadería, la silvicultura y la caza (Calzada et al. 2007).
Las principales amenazas son las siguientes:
- Fragmentación del hábitat. Los hábitats adecuados para esta especie se encuentran cada vez máis aislados entre sí, reduciendo la posibilidad de poblaciones grandes y continuas. La pérdida de calidad de los hábitats incrementa la mortalidad de los linces durante la dispersión juvenil y reduce la frecuencia de contacto entre poblaciones cercanas. Esto hace que aumente la endogamia, haciéndolos más vulnerables a la hora de enfermedades y aumentando el riesgo de extinción al que se enfrentan. Una forma de reducir este riesgo es recuperar poblaciones recientemente extintas mediante reintroducción a partir de linces silvestres translocados, linces nacidos en programas de cría en cautividad y rehabilitación y suelta de individuos heridos (Calzada et al. 2007).
- Disponibilidad de alimento. Dado que es un especialista trófico que basa su dieta en el conejo, su escasez es una de sus principales amenazas. Cabe destacar que las regiones las que el lince quedó confinado antes de 1989 son actualmente menos favorables para el conejo, mientras que áreas más favorables quedan fuera del área ocupada por los linces. Dentro de esta escasez de conejo, hay que resaltar dos epizootias a las que se enfrentó la especie: la mixomatosis a finales de los años 1950 y la enfermedad hemorrágica en los últimos años 80 del siglo XX, ambas inducidas por la acción humana. La fiebre hemorrágica del conejo provocó un declive del 60-70% en su población, generando a su vez un descenso del 67% en la fecundidad del lince ibérico.A esta vulnerabilidad por la escasez de alimento hay que sumar la incidencia de mortalidad no natural a la que se enfrenta este animal, que se trata de una especie longeva, pero poco productiva (Calzada et al. 2007).
-Caza ilegal. Es la principal causa de muerte durante la fase de dispersión, y en gran medida la causa de que las tasas de mortalidad en individuos dispersantes sean mayores que en no dispersantes. Esto es debido fundamentalmente a que el conejo es una especie cinegética, por tanto los cazadores ilegales llevan a cabo un control de depredadores, debilitando así la poblaciones de linces y conservando a la otra especie cinegética. Aproximadamente la mitad de los jóvenes linces de Doñana mueren por causa humana antes de asentarse y reproducirse. Durante la década de los 80, el 30% de las 1.258 muertes no naturales se produjeron por la caza ilegal. Entre 2000 y 2003, una de las 18 muertes no naturales registradas fue debida a disparos. Este último dato os parecerá poco, pero hay que tener en cuenta que en el año 2002, la población de linces era de menos de 100 ejemplares. Entre 2006 y 2011, en Sierra Morena y Doñana, la segunda causa de muerte más frecuente fue la caza ilegal (Calzada et al. 2007).
- Atropellos. Se trata de un problema de relativa gravedad, ya que en 2014 se certificaron 21 muertes. Aunque exista una tasa de mortalidad por atropello baja, en una especie que se está recuperando de estar al límite de la extinción es de suma importancia (Rodríguez, 2017).
- Transmisión de enfermedades. La infección de los linces de Doñana por leucemia felina se cree que se originó a través de gatos domésticos. La prevalencia de algunos patógenos (Cytauzoon felis, virus de la leucemia felina) en especies simpátridas de carnívoros en las zonas de reintroducción representa una amenaza potencial para el lince (Calzada et al. 2007).
- Erosión genética. La diversidad genética es muy baja, lo que puede dificultar su viabilidad a corto y a largo plazo (Calzada et al. 2007).
Conservación
Como he indicado en el apartado anterior, en el año 2002 había menos de 100 linces en la Península Ibérica. Hoy casi se han alcanzado los 1400 ejemplares. Por lo que la especie ha pasado de ser considerada por la IUCN de "En peligro crítico de extinción" a "En peligro de extinción".
La estrategia principal para la conservación de la especie es la siguiente: estabilizar las poblaciones ya existentes, aumentar el número de individuos que vive en ellas y aumentar el número de poblaciones silvestres creando nuevas. Es fundamental aumentar el número de hembras maduras y reproductoras, ya que representan el futuro de la especie. En la ONG WWF han establecido el objetivo de llegar a los 3000-3500 individuos para 2040. Aclaran de que este número total, por lo menos 750 deberían ser hembras maduras y reproductoras, que es lo que marca la viabilidad de una especie.
Además, se necesita conocer cómo restaurar las condiciones ecológicas que permiten el asentamiento y
reproducción de los linces, conocer las nuevas amenazas como la mayor susceptibilidad a enfermedades infecciosas y evaluar la respuesta de los linces a las medidas de conservación. Se han redactado varios planes de conservación a lo largo de los años: el “Status Survey and Conservation Action Plan” (IUCN/SSC, 1996), la “Estrategia para la conservación del lince ibérico (Lynx pardinus) en España” (Comisión Nacional de Conservación de la Naturaleza, 1999) y el “Action Plan for the Iberian Lynx in Europe (Lynx pardinus)” (Consejo de Europa, 2000). Se han aprobado dos planes de recuperación, el de Castilla-La Mancha (2003) y el de Extremadura (2004) y también se ha aprobado el “Plan de manejo del lince ibérico del parque nacional de Doñana” (1988) (Rodríguez, 2017).
Es importante establecer programas de cría en cautividad (Figura 6). La Comisión Nacional de Conservación de la Naturaleza aprobó en 2001 el “Plan de acción para la cría en cautividad del lince ibérico”. Este plan, financiado por la Dirección General de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente en colaboración con la Junta de Andalucía, persigue establecer poblaciones cautivas y proporcionar linces nacidos en cautividad para su utilización en programas de reintroducción y de refuerzo de poblaciones silvestres (Calzada et al., 2007). Este programa tiene como objetivo maximizar la diversidad genética mediante el cruce de individuos de diferentes poblaciones o traslocaciones. También se han desarrollado protocolos para crianza de cachorros que no han podido ser criados por sus madres e incluso en el caso de peleas entre hermanos de camada, que suele ser una de las causas de mortalidad entre cachorros, se ha desarrollado una medida por la cual separan a los cachorros agresivos de manera temporal.
En este enlace de un pequeño vídeo explicativo se enseña, a grandes rasgos, cuál es el objetivo de esta cría en cautividad y cómo se lleva a cabo: Así se crían linces ibéricos
Figura 6. Ejemplar de lince criado en cautividad que está siendo liberado con un collar de seguimiento. Fuente: https://www.elperiodico.com/es/medio-ambiente/20210215/linces-cautividad-liberados-badajoz-programa-life-lynx-connect-11523229
También se han desarrollado técnicas para utilizar programas de alimentación suplementaria. El consumo de conejo doméstico procedente de puntos de alimentación suplementaria representa hasta el 50% de la dieta. El consumo de conejo doméstico disminuye no linealmente cuando la abundancia de conejo silvestre aumenta. Sin embargo, cuando la abundancia de conejo silvestre es menor de un conejo por km2, la alimentación suplementaria es estrictamente necesaria para retener al lince. El consumo de conejo doméstico no aumenta con la duración del periodo de alimentación suplementaria. El lince continúa consumiendo conejos silvestres en proporción a su abundancia, lo que sugiere que no se hace dependiente de la alimentación suplementaria. En Doñana se estableció un programa de alimentación suplementaria a partir de 2002. Tras la instalación de 27 puntos de alimentación suplementaria entre 2002 y 2005, los linces tardaron 14 semanas en familiarizarse con ellos y utilizarlos regularmente (Rodríguez, 2017).
También es necesario para conservar a esta especie establecer programas para combatir las enfermedades que los afectan. Así como para combatir la caza ilegal, ya que sigue representando la segunda causa de mortalidad.
Debido a los daños a la ganadería y avicultura producidos por el lince, se han llevado a cabo una serie de compensaciones para mitigar el conflicto entre ganadero y depredador.
A mayores, se han creado corredores y pasos para mejorar y proteger a la especie y disminuir los atropellos, así como generar conexiones entre áreas aisladas. Aunque sigue siendo necesaria la creación de un número mayor.
Por último, realizar al menos un seguimiento anual de la especie y de las amenazas que le afectan, tanto en su área de distribución actual como en la potencial. Así como potenciar la investigación de la especie y la protección de los espacios naturales como Doñana.
Bibliografía
Apuntes de clase.
WWF: Lince ibérico.
Calzada, J., Nicolás Guzmán, J., Rodríguez, A. (2007). Lynx pardinus (Temminck, 1827). Pp. 345-347. En: Palomo, L. J., Gisbert, J., Blanco, J. C. (Eds.). Atlas y libro rojo de los mamíferos de España. Dirección General para la Biodiversidad-SECEM-SECEMU, Madrid. 586 pp.
Collados, C,J. (2021). Evaluación de patologías dentales y orales en Lynx pardinus de la Península Ibérica (1954-2013): hallazgos macroscópicos y estudio radiológico dental. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid.
Palomares, F. (2001). Vegetacion structure and prey abundance requirements of the Iberian
lynx: implications for the design of reserves and corridors. J. Appl. Ecol., 38: 9-18.
Palomares, F., Revilla, E., Calzada, J., Fernández, N., Delibes, M. (2005). Reproduction and
pre-dispersal survival of Iberian lynx in a subpopulation of the Donana National Park. Biological
Conservation, 122 (1): 53-59.
Penabad, L, Rivas, A, & Calzada, J. (2012). Ritmos de actividad del lince ibérico (Lynx pardinus) en cautividad. Galemys, 24 : 57-63.
Rodríguez, A. (2017). Lince ibérico – Lynx pardinus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/







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