La víbora cantábrica

 


Figura 1. Víbora de Seoane, víbora cantábrica o Vipera seoanei. Fuente: https://www.asturnatura.com/fotografia/anfibios-y-reptiles/vipera-seoanei-1/20251.html

La víbora de Seoane, víbora cantábrica o Vipera seoanei, es un ofidio perteneciente al grupo de los vipéridos (solenoglifos). Estos animales se caracterizan por poseer glándulas venenosas conectadas a un sistema eficaz de inoculación de veneno, como adaptación a la caza de micromamiferos como los roedores y las musarañas. Este sistema consiste en dos colmillos muy finos y huecos, como si fueran agujas hipodérmicas, que se elevan cuando el animal abre la boca y que están conectadas a dichas glándulas portadoras de veneno. Estos colmillos retráctiles son resultado de adaptaciones con el fin de evitar que el propio animal se inocule las sustancias venenosas. Estas sustancias tienen un efecto hemolítico y neurotóxico, el primero es muy intenso en comparación con el segundo, que es más débil. 

Es una víbora de talla mediana (menos de un metro), en comparación con otras víboras europeas, con una cabeza grande y marcada, y con un hocico aplastado o ligeramente levantado. La cola es pequeña y representa entre 10-15% de la talla total. Es una especie polimórfica, como explicaré a continuación. 


Características generales

Como sabemos, es un animal compuesto por escamas a lo largo del cuerpo. Estas escamas se usan para diferenciar unas especies de otras y entre individuos en sistemas de seguimiento. En este capítulo no vamos a entrar en el número de escamas que tienen según la región del cuerpo, ya que sería muy tedioso, pero hay que tener en cuenta que su número y tamaño varía según el área corporal. 

Como comentábamos en la introducción, se trata de un animal polimórfico, ya que presenta 4 patrones distintos según las marcas vertebrales y laterales (Brito, 2021): 

A.  El patrón “Clásico” (Figura 2A): es el más característico, la coloración de fondo dorsal y lateral es beige o gris claro. En el dorso se distingue una banda longitudinal más oscura y relativamente ancha, con marcas oscuras alternas u opuestas. Estas pueden formar una banda en zigzag bien desarrollada. En el siguiente enlace podemos observar a un ejemplar adulto con un patrón de coloración clásico: Víbora con patrón clásico

B. El patrón “Bilineata” (Figura 2B): la banda longitudinal carece normalmente de marcas laterales y puede presentar dos bandas longitudinales dorsolaterales sobre un fondo beige, rojizo o negro y uniforme. 

C. El patrón “Cantábrica” (Figura 2C): hay una reducción o total ausencia de la banda longitudinal. El zigzag dorsal es más estrecho y puede ser interrumpido formando bandas negras transversales sobre un fondo gris. En el siguiente enlace podemos ver un ejemplar con esta coloración: Víbora cantábrica

D. El patrón “Uniforme” (Figura 2D): se caracteriza por una coloración de fondo gris oscura o rojiza homogénea sin diseño dorsal. 

E. Los individuos melánicos (Figura 2E) son más frecuentes en las áreas de montaña, representando 31% de las poblaciones de la Cordillera Cantábrica y de la Sierra Cabrera y cerca de 85% de las poblaciones portuguesas de las sierras de Soajo y Peneda. Diversos estudios confirmaron la existencia de un 50% de ejemplares melánicos en el Parque Natural de la Baixa Limia-Serra do Xurés (sur de Ourense). En este enlace vemos un precioso ejemplar melánico: Víbora melánica




Figura 2. Distintas coloraciones de la víbora cantábrica. A: Clásica. B: Bilineata. C: Cantábrica. D: Uniforme. D: Melánica. Fuente: http://www.vertebradosibericos.org/reptiles/identificacion/vipseoid.html


En el caso del diseño lateral, también es variable, registrándose casos sin aparente diseño, otros con puntos, con barras verticales o con una línea lateral continua. La región ventral es menos variable: es gris oscuro o negro con pequeñas manchas blancas en los bordes lateral y posterior de las escamas ventrales. La punta de la cola puede ser amarilla o naranja. El iris es ceniciento oscuro dorado o rojo. Las marcas dorsales en la cabeza son dos o tres bandas transversales irregulares entre el hocico y el borde posterior de las parietales y dos bandas oblicuas formando un dibujo en V (Martínez-Freiría & Brito, 2014).

Existe dimorfismo sexual en cuanto a la coloración corporal, los machos tienen las marcas dorsales y laterales más contrastadas que las hembras, presentando estas, en muchas ocasiones, ausencia de diseño lateral. En cuanto a la talla, las hembras tienen cuerpos más largos y colas más cortas. El número de escamas ventrales y subcaudales también difiere (Brito, 2021). 


Alimentación

Vipera seoanei  es un depredador diurno cuya estrategia es el acecho, rara vez hace una búsqueda activa de las presas, casi siempre espera escondida. Las presas más comunes son los micromamíferos, principalmente roedores. Pero también se incluyen los reptiles, generalmente los lacértidos (lagartos y lagartijas), pero también el lución. Los anfibios, como la salamandra y la rana. Los invertebrados como los artrópodos los consume de manera ocasional. En el caso de los micromamíferos, constituyen el 89% del total de la dieta ingerida, mientras que los anfibios, aves y reptiles, representan una fracción marginal (Brito, 2021).

Existen diferencias entre la composición de la dieta de las víboras juveniles y las adultas. Las primeras consumen con más frecuencia anfibios y reptiles que los adultos. En cuanto a los micromamíferos, aunque siguen siendo la presa más común, al contrario que los adultos, los juveniles consumen más insectívoros (musaraña) que roedores. Un dato interesante es que las víboras jóvenes no empiezan a consumir mamíferos insectívoros hasta que alcanzan los 25 cm aproximadamente, lo que sucede durante el segundo año de vida y no cazan micromamíferos de mayor tamaño hasta que superan los 40 cm (Braña et al, 1987). 

Cabe destacar que las víboras no se alimentan durante todo el año y depende del sexo, de la edad, estado reproductor y cambio de piel. El período de alimentación tiene lugar entre abril y septiembre. Los machos adultos empiezan a comer después de la reproducción, desde finales de abril o inicio de mayo, con el consumo máximo de presas entre junio y julio. La última alimentación ocurre a finales de agosto o principios de septiembre. Las hembras adultas empiezan a comer desde inicios de abril hasta finales de septiembre. Las hembras reproductoras presentan un consumo máximo de presas en mayo y junio, pero paran de comer a finales de julio. Las hembras no reproductoras consumen presas de una forma continua, pero presentan un consumo máximo de presas en junio y agosto. La actividad trófica, medida como el porcentaje de individuos con presas en el estómago, muestra que las hembras no reproductoras consumen presas más frecuentemente (75%), seguidas por los machos adultos (64%), las víboras juveniles (51%) y las hembras reproductoras (34%) (Braña et al, 1987). 


¿Cómo caza una víbora?

Como explicábamos anteriormente, la víbora no caza de manera activa. Su táctica se basa en el acecho, es decir, la serpiente espera escondida (mimetizada) entre hojas, la maleza, etc, a que pase una presa (Figura 3). Tan pronto el animal despistado se acerca demasiado, la víbora lo muerde e inocula una cantidad determinada de veneno. Cuando el animal cae muerto, la serpiente lo engulle entero, desencajando la mandíbula inferior para permitirlo. Aquí vemos a un ejemplar alimentándose de un lagarto, se puede apreciar a la perfección cómo ha desencajado la mandíbula inferior para poder tragar a un animal que la supera en diámetro: Víbora engulliendo a un lagarto 



Figura 3. Víbora cantábrica mimetizada con su entorno. Fuente: http://www.infotortuga.com/2017/03/vibora-de-seoane-vipera-seoanei.html


El veneno de la víbora cantábrica

Como hemos indicado en la introducción, su veneno es principalmente hemotóxico, pero también tiene un porcentaje neurotóxico. 

En el caso del veneno hemotóxico, su mecanismo de acción se basa en una serie de enzimas (fosfolipasa A2, metaloproteasas, lectinas y desintegrinas) que son proteínas que en este caso afectan a las células sanguíneas, sobre todo plaquetas y linfocitos, como a los factores sanguíneos que producen la coagulación. Esto conlleva problemas graves en la hemostasia, generando hemorragias internas por su efecto anticoagulante. A mayores, como consecuencia, se producen daños generalizados en los tejidos y degeneración de órganos (Nogués et al, 2008). 

En el caso del cuadro neurotóxico, existen dos mecanismos de acción diferentes, pero ambos se basan en neurotoxinas que generan una parálisis flácida de tipo irreversible que provoca la muerte del individuo (Nogués et al, 2008). 


Hábitat y distribución

Se trata de una especie típica del clima atlántico. Ocupa masas forestales húmedas (Quercus robur y Q. pyrenaica), zonas de ecotono entre prados y florestas, y áreas con abundante vegetación basal (Erica sp., Daboecia cantabrica, Pteridium sp. y Ulex sp.), que permitan la actividad de termoregulación. En primavera, puede ocupar sustratos de hojas y helechos secos, mientras que en verano ocupa praderas húmedas, apareciendo raramente en substratos rocosos desnudos. No hay registros de actividad arbórea, pero el 7% de las observaciones en Galicia eran entre los 50 y los 110 cm de altura, normalmente en praderas húmedas y turberas. Aparece menos frecuentemente en áreas rocosas que las otras víboras europeas, y utiliza las rocas para refugio con menos frecuencia que las otras especies de serpientes (Galán, 1988).

Vipera seoanei  es casi un endemismo Ibérico (Figura 4), estando presente en el noroeste de Portugal, norte de España y en áreas pequeñas y localizadas del extremo sudoeste de Francia. En Portugal se encuentra en tres poblaciones aisladas en las montañas de Paredes de Coura, Castro Laboreiro/Soajo y Tourém/Montalegre/Larouco, entre los 300 m y los 1.200 m de altitud. En España, está presente en casi toda Galicia, áreas costeras de Cantabria, áreas de montaña de clima Atlántico del norte de León, Palencia, Burgos, Álava y Navarra, y también en el extremo occidental de Zamora. Se encuentra desde el nivel del mar hasta los 1.900 m de altitud en la cordillera Cantábrica, pero es más frecuente por debajo de los 1.500 m debido a la calidad de los hábitats (Braña & Bas, 1983; Brito, 2021).



Figura 4. Mapa de distribución de la víbora de Seoane (en verde). Fuente: https://wikifaunia.com/reptiles/serpientes/vibora-cantabrica/


Un detalle interesante es que, generalmente, la distribución de esta especie es parapátrica con respecto a las otras dos víboras peninsulares (Vipera latastei y Vipera aspis), es decir, casi nunca coinciden, excepto en algunos puntos específicos. Por ejemplo, en el caso de las especies V. seoanei y V. aspis, coinciden en el alto del río Ebro o V. seonaei y V. latastei, que coinciden en la zona de Sanabria, entre otras áreas. A grandes rasgos, este fenómeno parece estar moderado por factores climáticos, ya que V. seoanei se encuentra en áreas de clima atlántico, con inviernos temperados y veranos cortos y lluviosos, V. latastei en las áreas de clima mediterráneo, con veranos secos y calientes, y V. aspis en diversos tipos de clima, pero generalmente en áreas intermedias entre los climas atlántico y mediterráneo (Brito, 2021).

Aunque puedan coexistir en determinados puntos de alrededor de la península, no hay registros de una especie dentro del área de distribución de la otra especie, y ambas especies pueden estar apartadas desde decenas de metros hasta 5 km, sin aparecer poblaciones mixtas. Sin embargo, se han descrito ejemplares con características intermedias entre V. seoanei y V. aspis en el noreste de la península Ibérica (Brito, 2021).


Reproducción

La reproducción es muy curiosa en estos animales, del mismo modo que hay ciclos de alimentación en este caso sucede algo parecido. Los machos producen espermatozoides en verano, se detiene esta producción durante la hibernación y se reanuda en la primavera del año siguiente, que es cuando ocurren los emparejamientos (desde marzo hasta mayo). En las hembras, los folículos ováricos empiezan a desarrollarse entre el final del verano y el inicio de la hibernación y se completa en la primavera del año siguiente, que es cuando alcanzan la talla adecuada para producir óvulos (Brito, 2021).

Existen hembras que no se reproducen todos los años, siendo mayor su número conforme aumenta la altitud o la latitud de su hábitat. En estos casos, se reproducen cada dos años (ciclo reproductor bienal) (Brito, 2021). 

Los partos se dan desde mediados de agosto hasta finales de octubre, depende de las condiciones climáticas. El número de crías por parto varía entre 3 y 10 y está correlacionado con la talla y la edad de la hembra (cuanto más grande y mayor, más crías) (Brito, 2021). 


Depredadores

Existen evidencias de depredación por parte de: ratonero común o águila ratonera, zorro, gatos asilvestrados, nutria, gineta y gato montés. También se ha encontrado un ejemplar de víbora cantábrica en el estómago de un ejemplar de culebra europea en la sierra del Suído, en Pontevedra (Brito, 2021). Y se ha observado, en la Serra do Xurés en Ourense un caso de depredación por parte de la culebra lisa europea (Pardavila et al., 2012). 


Amenazas

El principal factor de amenaza es la destrucción de los hábitats debido a la intensificación de la agricultura, con la destrucción de las márgenes de los bosques y muros de piedra, la plantación extensiva de Pinus y Eucalyptus, y el incendio continuado de matorrales (Galán, 1999). 

A mayores, hay que sumar la persecución directa y los atropellos en las carreteras (Galán, 1999).


Conservación

En España está considerado por la UICN como Preocupación Menor o LC. Sin embargo, en Portugal, está considerada En Peligro de Extinción, debido a que esta especie se basa en una serie de poblaciones aisladas en el noroeste del país, cuyo hábitat está en continuo declive.  


Bibliografía

Apuntes de clase.

Braña, F, & Bas, S. (1983). Vipera seoanei cantabrica ssp. n. MUNIBE. Sociedad de Ciencias ARANZADI. Vol. 35 - Número 1-2 - Páginas 87 - 88. 

Braña, F, Bea, A, & Girons, H. (1987). Composición de la dieta y ciclos de alimentación en Vipera seoanei Lataste, 1879. Variaciones en relación con la edad y el ciclo reproductor. MUNIBE (Ciencias Naturales). ISSN 0027 - 3414. 

Brito, J. C. A. R. (2021). Víbora cantábrica – Vipera seoanei. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Martínez-Freiría, F. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org / http://dx.doi.org/10.20350/digitalCSIC/8809.

Galán, P. (1988). Segregación ecológica en una comunidad de ofidios. Doñana Acta Vertebrata, 15: 59-78.

Galán, P. (1999). Conservación de la Herpetofauna Gallega. Universidade da Coruña, La Coruña.

Martínez-Freiria, F., Brito, J. C. (2014). Vipera seoanei (Lataste, 1879). Pp. 942-956. En: Salvador, A. (Coordinador). Reptiles, 2ª edición revisada y aumentada. Fauna Ibérica, vol. 10. Ramos, M. A. et al. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid. 1367 pp.

Nogués, M, P, Solís, C, R, de Vicente Ruiz, M, L, & Cerezo, M, T. (2008). Estudio del veneno de serpientes: tipos y tratamientos. Departamento de Toxicología y Farmacología, Facultad de Veterinaria, Universidad Complutense de Madrid. ISSN: 1988-2688. RCCV Vol. 2 (2). 

Pardavila, X., Lamosa, A., Martinez-Freiria, F. (2012). Primera cita de depredación de Coronella austriaca sobre Vipera seoanei. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 23 (1): 60- 61.

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