El quebrantahuesos

 


Figura 1. El quebrantahuesos o Gypaetus barbatus aureus. Fuente: https://www.pinterest.es/pin/359232507746584300/


El quebrantahuesos, osífago o Gypaetus barbatus aureus es un ave rapaz en peligro de extinción perteneciente a la familia de los buitres, que posee una envergadura que puede alcanzar los 3 m y pesar hasta 7 kg. Se trata de un animal conocido en la Fauna Ibérica, entre otros motivos, por los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, que hizo hincapié en la majestuosidad de este animal y su singular modo de alimentación del que hablaremos en apartados posteriores. 


Características generales

El quebrantahuesos es un ave planeadora de la familia de los buitres que alcanza hasta tres metros de envergadura y siete kilos de peso. Su silueta en vuelo es fácilmente distinguible de la del resto de buitres por sus alas más puntiagudas y estrechas y cola larga en forma de cuña (Figura 2). 



Figura 2. Quebrantahuesos en pleno vuelo. Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/02/21/mundo_animal/1519234446_311589.html


A diferencia de otras especies de buitres, tiene la cabeza recubierta de plumas. En el caso de los ejemplares adultos, la coloración de la cabeza, tarsos y región ventral varían del blanco a tonalidades anaranjadas de mayor o menor intensidad. La parte superior de las plumas que recubren el cuerpo es negroceniza, y su base de color blanco. Son característicos sus ojos claros rodeados por un anillo rojo, y un “antifaz” negro que sobresale del pico a modo de barba (Figura 3). En la parte superior de la cabeza aparece una mancha de plumas negras que conforman el denominado capirote. Su diseño es muy variable. Estas variaciones observadas en las coloraciones están basadas en melanina y sugieren una función termoreguladora (Figura 4) (Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos). 



Figura 3. Detalle de la cabeza del osífago donde podemos observar el anillo rojo de uno de sus ojos. Fuente: https://www.monaconatureencyclopedia.com/gypaetus-barbatus/?lang=es




Figura 4. Ejemplar de quebrantahuesos apunto de iniciar el vuelo. Fuente: https://iberofauna.com/aves/rapaces/quebrantahuesos


Un detalle interesante es que su coloración anaranjada es adquirida mediante baños en pequeños cursos de agua donde predominan minerales calizos y ferruginosos que impregnan el plumaje del ave sin los cuales sus plumas permanecerían blancas, tal y como sucede en los ejemplares que se mantienen en cautividad. Además, su plumaje atraviesa diferentes fases hasta alcanzar el plumaje adulto, permitiendo identificar la edad de cada ejemplar desde su etapa juvenil hasta su estadio adulto, como explicaremos con más detalle (Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos). 

Plumaje y edad

El plumaje de este animal varía según la edad del ejemplar. Se han establecido diferentes clasificaciones según los autores, en esta entrada vamos a emplear la clasificación de Adam y Llopis (2003), ya que es la más sencilla y explica a la perfección las diferencias. Por lo tanto, cada edad se caracteriza por lo siguiente: 

  • Juvenil primer año. (Fase 1.1) (Figura 5). No presenta muda (rémiges secundarias puntiagudas). Alas redondeadas y largas. Cola corta. Cabeza y cuello negro, iris oscuro y barba muy pequeña. Parte superior de la espalda con un escudo blanco en forma de V. Espalda marrón, cobertoras marrones, ocasionalmente salpicadas de plumas blancas. Plumaje del pecho, vientre y calzas marrones, moteados de claro.


Figura 5. Juvenil de primer año, vista dorsal (arriba) y desde la región ventral (abajo). Fuente: https://quebrantahuesos.org/quebrantahuesos/

  • Joven segundo año. (Fase 1.2). Silueta en vuelo todavía maciza, con irregularidades, iniciando las primeras mudas en las rémiges primarias internas. Cabeza y cuello negros, en contraste con el pecho marrón. Iris más claro. El escudo dorsal empieza a difuminarse. Espalda marrón, cobertoras marrones más claras salpicadas de plumas blancas. El moteado claro del pecho y calzas ha desaparecido. Empieza la muda de las rectrices.
  • Inmaduro tercer año. (Fase 2.1) (Figura 6). Silueta en vuelo irregular, dentado creado por la muda de las rémiges secundarias. Cabeza y cuello negros, en contraste con el vientre marrón. La cara puede empezar a blanquear y la barba es más visible. El escudo dorsal ya no se distingue y la coloración de la espalda es más homogénea. Espalda marrón, cobertoras marrones más claras que las rémiges, ocasionalmente salpicadas de plumas blancas. La muda de las rectrices continúa.

Figura 6. Inmaduro de tercer año, vista dorsal (arriba) y ventral (abajo). Fuente: https://quebrantahuesos.org/quebrantahuesos/

  • Subadulto cuarto año. (Fase 2.2) (Figura 7). Silueta esbelta, a menudo mudas bien visibles de las rémiges primarias externas. Plumas de la cara blancas y la parte superior de la cabeza se aclara. Se aprecia la mancha auricular. El cuello mantiene algunas plumas negras. La coloración marrón de la espalda es homogénea, las cobertoras, más claras que las rémiges, pueden estar salpicadas de plumas blancas.


Figura 7. Subadulto de cuarto año, vista dorsal (arriba) y ventral (abajo). Fuente: https://quebrantahuesos.org/quebrantahuesos/


  • Adulto imperfecto 5º o 6º año. (Fase 2.3). Silueta esbelta y plumaje abigarrado, mezclando plumas marrones a las de color gris pizarra del adulto. Todavía hay algunas plumas oscuras en el vientre y cuello. Cabeza blanca, presencia de un collar a menudo más largo que en los adultos. La parte inferior de las alas todavía no presenta el contraste entre el aspecto negro de las cobertoras y el gris de las rémiges.
  • Adulto (7 o más años). (Fase 3) (Figura 8). Plumaje limpio y contrastado. La coloración de la cabeza, pecho y vientre varía del blanco al naranja. Presencia frecuente de un collar fino en el pecho. Las plumas de la espalda son gris pizarra o negro. Parte inferior de las alas presenta un contraste entre el aspecto negro de las cobertoras y el gris de las rémiges, que poseen el borde oscuro.


Figura 8. Adulto de siete años o más, vista dorsal (arriba) y ventral (abajo). Fuente: https://quebrantahuesos.org/quebrantahuesos/


Existe dimorfismo sexual en cuanto al tamaño del pico, siendo mayor en el caso de las hembras. En general, también suelen ser de mayor tamaño que el macho, pero depende del ejemplar. 


Alimentación: ¿por qué lo llaman quebrantahuesos? 

La dieta está compuesta de huesos y carne de cadáveres de vertebrados (Figura 9), sobre todo mamíferos, aunque también aves y reptiles. En ocasiones también puede cazar pequeños vertebrados. En España, su alimentación se basa en mamíferos domésticos y silvestres (Capra pyrenaica, Rupicapra pyrenaica, Vulpes vulpes, Rattus sp., Oryctolagus cuniculus), aves (Columba palumbus, Streptopelia turtur, Lagopus mutus, Alectoris rufa, Upupa epops, Pyrrhocorax pyrrhocorax, Pica pica, Sylvia atricapilla, Phylloscopus collybita) y reptiles (Timon lepidus). Mediante análisis determinados, se demostró que la composición de su dieta se basa en un 88% de mamíferos, 7% de aves y 0,7% de reptiles (Margalida, 2011). 



Figura 9. Ejemplar engullendo una extremidad. Fuente: https://www.crerzylo.xyz/products.aspx?cname=que+come+el+quebrantahuesos&cid=35


En cuanto a la captura de presas vivas, se ha podido observar cazando aves de menor tamaño, reptiles y pequeños mamíferos como conejos, liebres, zorros, etc. 

Cabe destacar que, aunque la dieta es fundamentalmente ósea, existen diferencias entre la alimentación de los adultos y la seleccionada por éstos durante la etapa de crianza para alimentar al pollo en la que las presas cárnicas a través de pequeños cadáveres, adquiere mayor relevancia. 

La baja disponibilidad de alimento es una de las causas de la regresión de esta especie, siendo insuficientes la cantidad de cadáveres anuales de ungulados domésticos y salvajes. La mayor cantidad y diversidad de recursos tróficos se dan en la zona axial o alto Pirineo, donde existe un mayor consumo de ungulados silvestres. En las sierras exteriores hay una fuerte dependencia de los muladares y rebaños de ganado doméstico (Margalida, 2011). 

Estudiar la dieta de esta ave es muy complicado, ya que al alimentarse de animales muertos, especialmente huesos, estos son difíciles de identificar y pueden ser digeridos por completo. También puede acumular los huesos en despensas, restos óseos de mayor tamaño pertenecientes a grandes ungulados, lo que lo dificulta aún más. Por lo que la información adquirida sobre su alimentación proviene de observaciones esporádicas, de restos recogidos en los rompederos (lo explicaremos a continuación) y  de contenidos estomacales (Margalida, 2011). 

Un detalle interesante es que los osífagos seleccionan los huesos que ingieren, es decir, cuando se trata de un animal de gran tamaño como una vaca o un caballo, tienen preferencia por los huesos de las extremidades (Margalida, 2011). 

¿Por qué lo llaman quebrantahuesos?

Un quebrantahuesos adulto puede ingerir huesos de 25 cm de largo y 35 mm de ancho sin dificultad, sin embargo, para poder alimentarse de huesos de mayor tamaño necesita los denominados rompederos. 

Los rompederos son superficies rocosas que son empleadas por este animal para romper y preparar los restos óseos. Generalmente estas superficies se encuentran cerca de sus nidos. Necesitan estar expuestos al viento y con pendiente. Esto permite que el ave pueda retomar el vuelo cuando va a romper el hueso y que no desgaste mucha energía, así como que incrementen las probabilidades de rotura. Por lo que están situados a altitudes entre 860 y 2300 metros. Aunque se utilizan todo el año, su uso se incrementa durante la época de crianza. 

El increíble proceso es el siguiente: el individuo sujeta al cadáver con sus garras y levanta el vuelo. Una vez se encuentra a una altura considerable, que varía entre los 20 y los 150 m, suelta a la presa y esta se estampa contra el rompedero. Como resultado los huesos se parten y ya puede ingerirlos. Aunque este procedimiento puede repetirse varias veces hasta conseguir el resultado deseado (Figura 10). 



Figura 10. Quebrantahuesos soltando un hueso de gran tamaño para romperlo. Fuente: https://liferedquebrantahuesos.quebrantahuesos.org/htm/es/noticias/19/biziele-y-chloe-evolucionan--de-manera-favorable?page=34


Cuando se trata de alimentar al polluelo, aumenta el número de repeticiones y la selección de huesos. El quebrantahuesos prefiere huesos ricos en nutrientes, por ejemplo, aquellos con un mayor porcentaje en ácido oleico. Sin embargo, cabe destacar que durante el primer mes de vida del polluelo las presas cárnicas adquieren una mayor importancia que los restos óseos, aunque ya puede digerir pequeños fragmentos. Durante los meses siguientes, se va aumentando el porcentaje de huesos para que la cría progrese en su capacidad para tragarlos. 


Despensas: almacenaje de alimento

Puede almacenar alimento para comerlo días o semanas más tarde. El hecho de que los huesos se mantengan en buenas condiciones para el consumo durante largos periodos hace que la especie pueda utilizar sitios donde almacenarlos. Los posaderos donde habitualmente prepara e ingiere los restos, los rompederos y los nidos son las ubicaciones más utilizadas para guardar el alimento. Cuando las condiciones meteorológicas no son favorables o cuando los recursos escasean, el quebrantahuesos visita los rompederos para abastecerse de los restos almacenados. El almacenaje de la comida se lleva a cabo en rompederos cercanos al nido, lo que permitiría a los adultos reproductores un control regular que evitaría o reduciría el riesgo de que otros ejemplares le roben la comida (Margalida, 2011). 


Cleptoparasitismo

El quebrantahuesos hostiga a otras aves hasta conseguir que suelten la presa, apoderándose de ella. Se ha visto al quebrantahuesos acosando a águilas reales (Aquila chrysaetos), alimoches (Neophron percnopterus), cuervos (Corvus corax) y chovas (Phyrrocorax sp.). La mayoría de los casos de cleptoparasitismo se refieren a inmaduros, que a menudo roban restos de adultos en osarios y nidos, más raramente en vuelo (Margalida, 2011). 

También se da el caso contrario, el águila real roba presas del quebrantahuesos en vuelo. El buitre leonado ocasionalmente ingiere huesos en osarios de quebrantahuesos y el cuervo roba restos de los nidos. 


Hábitat y distribución

Su hábitat está ligado a las montañas, en España existe una correspondencia entre su distribución y curvas de nivel superiores a 1000 m. Depende de estas montañas para volar, obtener alimento y reproducirse. La densidad de reproductores se correlaciona positivamente con la altitud y con la topografía accidentada y negativamente con las precipitaciones de nieve. El quebrantahuesos alcanza mayores densidades en zonas con escasa vegetación y baja densidad de población humana (Margalida et al., 2007).

Para la construcción de nidos eligen zonas rocosas, situándolos en cuevas (Figura 11) o cornisas cubiertas, ocasionalmente en chimeneas o grietas. En general, muestran preferencia por las cuevas. En cuanto a la altura a la que sitúan los nidos, es muy variable, aunque la media se encuentra en 1100 metros, puede variar desde 700 a 2200 m. Los orientan preferentemente hacia el este y el norte, aunque en el Pirineo catalán, predominan las exposiciones al sur. Según algunos autores, en zonas elevadas evitan las orientaciones al norte, más expuestas al viento y menos soleadas, sin embargo en las zonas más bajas, si los nidos no están en cuevas, se evitan las exposiciones al sur para evitar la insolación. A grandes rasgos, las parejas de quebrantahuesos eligen zonas para nidificar de topografía más irregular, lejos de otras parejas, a una altitud media y lejos de las poblaciones (de ahí que sea un problema el incremento de población y la extensión de pueblos, ciudades y construcciones humanas) (Margalida, 2011). 



Figura 11. Pareja reproductora en un nido situado en una cueva. La fotografía se ha hecho a mucha distancia, por lo que la calidad no es la ideal. Fuente: https://xdoc.mx/preview/quebrantahuesos-603882b318f75


Históricamente, su distribución comprendía los sistemas montañosos del sur del paleártico, desde las montañas del Atlas (noroeste de África), Península Ibérica, Alpes, Balcanes, Cárpatos y Ródope y varias islas mediterráneas: Mallorca, Córcega, Cerdeña, Sicilia, Rodas, Chipre y Creta. A lo largo del siglo XX desapareció de la mayor parte de Europa, subsistiendo solamente en la Península Ibérica, Creta y Córcega. Hacia 1950 era ya muy escaso, sólo nidificaba en el norte de Burgos, Pirineos y Cazorla. Actualmente, solamente cuenta con poblaciones reproductoras en los Pirineos, tanto en Navarra como en Aragón y Cataluña y en los Montes Vascos (Margalida, 2011). 

Se están llevando a cabo programas de recuperación, cría en cautividad, etc, de los que hablaremos en apartados posteriores. 


Reproducción

El ciclo reproductor del quebrantahuesos es muy complejo y a largo plazo. Generalmente, forman parejas monógamas, pero existen casos puntuales de poliandria. Ambos comparten la carga de la crianza de los polluelos, aunque la hembra invierte más tiempo en su alimentación y cuidado y el macho en proteger y construir el nido y el territorio. Previamente a la cópula, se establece un período de cortejo en el que se pueden ver a las parejas juntándose en pleno vuelo. Se emparejan a partir de los 6 años de edad y no se reproducen hasta los 8 años, pero sin éxito hasta los 10 (Margalida, 2011). 

Los nidos están compuestos por grandes plataformas de ramas, además de otros materiales como lana de oveja para forrar el interior de la misma, hierba, musgo, trozos de piel y pelo de diferentes especies (jabalí, cabra, etc).  Sus dimensiones varían entre parejas y entre los nidos de una misma pareja. El hecho de que una misma pareja tenga varios nidos es para evitar que se acumulen ectoparásitos o para señalizar el territorio, por lo que los rotan continuamente. Las distancias entre los diferentes nidos varían, ya que pueden estar próximos entre sí o a varios kilómetros (Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, 2006). 

En ocasiones otras especies o parejas usurpan un nido, obligándoles a construir uno nuevo. Si tienen que construir uno nuevo, suelen hacerlo 3 o 4 semanas antes de la puesta de los huevos. Y a la hora de aportar el material, la hembra se encarga del más pesado. 

La puesta de los huevos tiene lugar entre diciembre y febrero. Estas pueden estar conformadas por uno o dos huevos, siendo estas últimas las más habituales. Cabe destacar que cuando una hembra pone dos huevos no ocurre en el mismo día, normalmente existe una diferencia de 6 días entre la puesta de un huevo y el otro. Siendo el primero ligeramente de mayor tamaño que el segundo. Ambos sexos contribuyen a su incubación. El primer polluelo (Figura 12) nace 53 o 55 días después, es decir, entre febrero y abril. La crianza también se reparte equitativamente entre ambos sexos (Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, 2006). 



Figura 12. Polluelo de quebrantahuesos. Fuente: https://www.ecoticias.com/naturaleza/199405_nace-polluelo-quebrantahuesos-centro-fauna-lleida


Existen casos en los que no nacen los polluelos, si esto sucede a principios de la época de puesta, la pareja aún puede realizar una segunda. 

Un detalle a mencionar, aunque no sea agradable de conocer, es que generalmente el segundo polluelo no sobrevive, esto es debido a que todos los esfuerzos se dedican al primer polluelo, dejando el segundo a su suerte que acaba muriendo por inanición o agresión fratricida. Es muy duro, pero es un mecanismo que emplean muchas especies de aves para asegurarse de que una parte de su progenie sobreviva (Margalida, 2011). 

La cría abandona el nido a los 120 días aproximadamente, volando por primera vez entre mayo y agosto. 

Dispersión juvenil 

Los individuos preadultos o juveniles pasan por un período que se conoce como el movimiento permanente que un ejemplar realiza desde su lugar de nacimiento hasta el lugar donde se reproduce. Estos ejemplares realizan movimientos dispersivos tanto en los Pirineos como hacia los Picos de Europa, Sistema Ibérico, etc. Se trata de una de las etapas más críticas de su ciclo vital.

En esta especie y en la mayoría de las aves, los ejemplares jóvenes son más propensos a realizar desplazamientos más largos, ya que los adultos, en su mayoría, son territoriales.


Amenazas

El mantenimiento de esta especie es un tema complejo, está rodeada de amenazas que impiden que crezca su población únicamente de manera natural. Hay que considerar que nosotros somos los mayores culpables de su regresión al igual que pasa con muchas especies por todo el mundo. En resumen, las principales amenazas a las que está sometida este animal son las siguientes (Margalida, 2011): 

-Venenos. El consumo de cebos envenenados (Figura 13) ha sido y es en la actualidad una de las principales causas de mortalidad, suponiendo el 90% de las muertes registradas en individuos radio-monitorizados desde 1986.


Figura 13. Ejemplar envenenado. Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20160525/402044878187/matar-a-un-quebranthuesos.html


-Caza. La persecución sistemática por caza ilegal ha sido una de las principales causas de mortalidad de la especie.  En la última década ha supuesto el 16,2% de las muertes registradas.

-Colisiones y electrocuciones con tendidos eléctricos. Los accidentes con tendidos eléctricos han supuesto el 23,3% de las muertes registradas en la última década.

-Perturbaciones por la actividad humana. Las molestias causadas por el hombre cerca de los lugares de nidificación son motivo de fracaso reproductor. Se citan como tales las batidas de caza, las maniobras militares, los vuelos de baja altitud, las prácticas forestales, la construcción de infraestructuras y los deportes de montaña.

-Regulación de la alimentación suplementaria. Las restricciones impuestas por la normativa sanitaria sobre la eliminación de animales muertos para la prevención de encefalopatías espongiformes de transmisión, exigen la retirada de cadáveres de bovinos y ovinos, con la consiguiente reducción de la disponibilidad de alimento.

-Disminución de la ganadería extensiva. El abandono de usos ganaderos tradicionales está provocando la disminución de la disponibilidad de alimento.

-Contaminación química. La contaminación por insecticidas organoclorados y PCBs y la intoxicación por plomo a través de la ingestión de fragmentos de munición de caza son causas potenciales de amenaza

-Competencia por el lugar de nidificación. El incremento poblacional del buitre leonado pude provocar competencia por los sitios de nidificación.


Conservación

Existe una serie de medidas que se están llevando a cabo para conservar el reducido número de ejemplares que tenemos en la Península Ibérica, así como para intentar reintroducir otros criados en cautividad (Margalida, 2011): 

-Actividades de conservación (potenciar la actividad reproductora de las parejas nidificantes, eliminar las causas de mortalidad no natural y garantizar la protección legal de las áreas críticas), seguimiento y control (disponer de información actualizada y continua sobre la evolución de la población y establecer un seguimiento anual de las medidas adoptadas) e investigación. 

-Planes de recuperación autonómicos. Cubren la totalidad de los territorios de reproducción: Navarra, Aragón y Cataluña. 

-Seguimiento anual de la reproducción. Tiene el objetivo de control de la evolución de la productividad y del tamaño de la población reproductora. 

-Seguimiento de la evolución del tamaño de la población preadulta mediante el marcaje de aves y la realización de cuatro censos simultáneos anuales.

-Seguimiento de los factores de mortalidad.

-Seguimiento de aves preadultas. Tiene como finalidad conocer los movimientos y asentamientos estacionales y por lo tanto las áreas importantes para las aves no reproductoras.

-Corrección de tendidos eléctricos. Tiene como finalidad señalizar y aislar los tendidos y soportes más peligrosos. 

-Plan de alimentación suplementaria. Tiene como objetivos incrementar la supervivencia preadulta, reducir el erratismo de los jóvenes y potenciar la capacidad reproductora de las parejas nidificantes.

-Regulación de las batidas de caza. Tiene como objetivo evitar el fracaso reproductivo debido a las molestias causadas. 

-Vigilancia de nidos. 

-Seguimiento con videocámaras. La monitorización de los nidos con videocámaras permite identificar las causas del fracaso reproductivo y mejorar la productividad. Este método permite optimizar el rescate del segundo pollo.

-Programa de cría en cautividad (Figuras 14 y 15). Se está desarrollando un programa de reproducción en cautividad con el objetivo de su reintroducción en el parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas y se ha puesto en marcha un programa de recuperación del quebrantahuesos en el Parque Nacional de Picos de Europa. 



Figura 14. Cría de quebrantahuesos criada en cautividad recibiendo comida de un osífago falso creado para alimentar a los polluelos. Fuente: Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. 





Figura 15. Ejemplar criado en cautividad siendo liberado para su introducción en la naturaleza. Fuente: Fundación para la Conversación del Quebrantahuesos. 


En el siguiente enlace explican, en un vídeo de 7 minutos, sobre un programa de cría y liberación de quebrantahuesos desarrollado en Andalucía: Quebrantahuesos: programa de cría en cautividad


Bibliografía

https://quebrantahuesos.org/quebrantahuesos/

Adam, A., Llopis, A. (2003). El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus): Características de la edad y proceso de muda. Taller de Ecología-Ecologistas en Acción, Linares.

Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. (2006) El Quebrantahuesos: apuntes sobre su biología. Ecosistemas 15 (2): 89-100.

Margalida, A., García, D., Cortés-Avizanda, A. (2007). Factors influencing the breeding density of bearded vultures, Egyptian vultures and Eurasian griffon vultures in Catalonia (NE spain): management implications. Animal Biodiversity and Conservation, 30 (2): 189-200.

Margalida, A. (2011). Quebrantahuesos – Gypaetus barbatus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Bautista, L. M. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/

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