La lechuza común

 


Figura 1. Ejemplar de lechuza común o Tyto alba. Fuente: https://www.huffingtonpost.es/2018/01/02/lo-que-no-sabias-de-la-lechuza-comun-el-ave-del-ano-2018_a_23321651/

La lechuza común, lechuza blanca, curuxa, o Tyto alba es un ave rapaz nocturna que se caracteriza por ser la protagonista de numerosas leyendas y mitos en diversas culturas. Es el ave terrestre más ampliamente distribuida, encontrándose en todos los continentes. Está limitada en las latitudes altas por la severidad de los inviernos. Pertenece al orden Strigiformes y la familia Tytonidae.


Características generales

La lechuza común se caracteriza por su cara blanca en forma de corazón donde destacan unos ojos oscuros. La especie presenta un color oro brillante en su zona dorsal, con tonos grisáceos variables según la luz, en forma de "velo", y un moteado fino, con manchas y puntos oscuros; disco blanco en la cara y partes inferiores también claras, a veces con un color más pálido en los lados del pecho y / o manchas en el pecho y los flancos; patas densamente emplumadas. Los juveniles muestran una coloración más clara y más moteada que los individuos adultos. Presenta unas patas largas y tiene un tamaño que oscila entre los 29 y los 44 cm de alto, contando con una envergadura de 85-93 cm en las poblaciones del Paleártico Occidental (Pérez, 2015). 



Figura 2. Ejemplar de lechuza común. Fuente: https://www.flickr.com/photos/faraon06271/26566317398


Este animal presenta unas potentes garras con las que atrapa a la presa al vuelo compuestas por 4 dedos que acaban en unas uñas afiladas. Aunque es fundamentalmente nocturna, también podemos verla cazar por el día, al atardecer.  


Alimentación

La dieta de la lechuza común es uno de los aspectos mejor estudiados de este animal a lo largo de su amplia distribución, sin embargo nosotros vamos a centrarnos en su alimentación en la Península Ibérica. A grandes rasgos, más del 80% de su dieta está basada en pequeños mamíferos (Figura 3), dentro de los cuales destaca el consumo de ratas y ratones. Aunque también puede cazar topillos, topos y musarañas. En menor grado, conejos y liebres jóvenes, quirópteros, armiños, lirones, comadrejas y aves de pequeño tamaño (paseriformes como los gorriones). Además de los pequeños mamíferos, un porcentaje minoritario de su dieta está compuesto por lacértidos, serpientes, ranas, sapos y peces de pequeño tamaño. Cabe destacar que en la región mediterránea, las lechuzas aumentan la diversidad en su dieta, alimentándose menos de pequeños mamíferos. Por lo que las características de la dieta están determinadas por la latitud, disminuyendo la diversidad de esta hacia el norte, haciéndose máxima en las localidades más mediterráneas (Piña, 2018). 

Un detalle interesante es que la lechuza no escoge selectivamente a sus presas, si no que las captura en relación a la abundancia de las mismas, es decir, caza a las presas más abundantes. 



Figura 3. Tyto alba alimentándose de una rata que acaba de cazar. Fuente: https://wall.alphacoders.com/by_sub_category.php?id=229988&name=Lechuza+com%C3%BAn+Fondos+de+pantalla&lang=Spanish


¿Cómo cazan las lechuzas? 

Como comentábamos en la introducción se trata de una especie nocturna que hace uso de su gran capacidad auditiva para localizar a sus presas en la oscuridad. 

Caza en solitario y siempre cerca del suelo, generalmente a 3 m, buscando a sus presas durante el vuelo. Posee tal destreza que sus aleteos son casi imperceptibles, sobre todo al oído humano. Sin embargo si se encuentra en una región con vegetación extensa, suele permanecer en un posadero hasta que percibe la presencia de la presa. Una vez que detecta a la presa con el oído, vuela sobre ella y la atrapa con sus potentes garras (Figura 4). Cabe destacar que pueden darse casos de caza conjunta de varios individuos cuando existen plagas de determinadas especies. 



Figura 4. Lechuza extendiendo sus garras para atrapar a una presa. Fuente: https://www.nisusnatura.com/my-product/nisl-inimicus-2/


Hábitat y distribución: una especie cosmopolita

Habita toda la Península Ibérica donde es sedentaria con parejas invernantes, es decir, no emigra a otras regiones en invierno. En Galicia es muy común. 

Es una especie cosmopolita que se encuentra en regiones templadas entre los 40 º N y los 40º S de latitud. Ocupa una gran variedad de hábitats en función de la disponibilidad de presas y de la estacionalidad, así como de la competencia con otros depredadores. También se encuentra en latitudes más elevadas, pero su distribución se limita debido a la dureza de los inviernos. 

Su hábitat predilecto son las tierras bajas, abiertas y con algunos árboles, incluyendo las regiones agrícolas con setos, zanjas y lagunas, arcenes de carretera y sus terrenos próximos, así como plantaciones de coníferas jóvenes, donde sus presas puedan ser cazadas en vuelo bajo, entre 1,5 y 4,5 metros de altura. Aunque también podemos encontrarla en los alrededores de las ciudades, en los pueblos y en los edificios aislados o abandonados, que son adecuados para refugiarse y ubicar sus nidos. En latitudes más bajas, semiáridas y algunas regiones áridas con vegetación xerófila, se asienta sobre las comunidades de arbustos y hierbas bajas, bosques de hoja caduca o bosques de eucaliptos mixtos, sabanas de Acacia sp., zarzales, pantanos abiertos, marismas, plantaciones de palma aceitera, zonas de regadío, campos de arroz y campos de caña, acantilados y costas rocosas en algunas regiones (en particular en islas próximas al litoral continental). Generalmente habitan tierras bajas, pero pueden ser vistas a mayor altitud en muchas áreas (Pérez, 2015). 

En España está ampliamente distribuida en todo el territorio. Es abundante en algunas provincias del centro peninsular y de la cornisa cantábrica, sin embargo su abundancia está supeditada a la cantidad de alimento. Ocupa espacios abiertos, tales como la campiña atlántica, cultivos de secano y de cítricos, los pastizales montanos y las ramblas, especialmente en las zonas asociadas a pueblos y zonas rurales, aunque también se encuentra con frecuencia en los núcleos urbanos. Además ocupa marginalmente zonas arboladas, principalmente dehesas y sotos fluviales, y de forma más escasa bosques de coníferas (Pérez, 2015). 


Reproducción

Las lechuzas son aves fundamentalmente monógamas, establecen parejas con las que se reproducen durante toda su vida en el mismo lugar. Generalmente no construyen nido, sino que depositan sus huevos sobre el suelo, pero escogiendo un lugar donde el ángulo recoja lo máximo posible la puesta.

El período reproductor se sitúa entre abril y mayo, aunque puede iniciarse antes en regiones del sur de la Península.  Como ocurre con otras especies de aves, la hembra no pone todos los huevos a la vez, que en este caso suele ser de entre 4 y 7, sino que la puesta tiene lugar en días diferentes, por lo que los polluelos van a ser de tamaños desiguales. Los huevos se incuban durante 30-40 días. Mientras van naciendo los polluelos (Figura 5) y la hembra va incubando los huevos restantes, el macho se encarga de alimentar a las crías ya nacidas. 

Al igual que el resto de aves, no todas las crías sobreviven y en este caso, las crías que mueren se aprovechan para alimentar al resto de la prole en épocas de escasez. En años de abundancia, por ejemplo, en años donde existe una sobrepoblación de topillos, pueden llegar a sobrevivir casi todos los polluelos. 

Los polluelos permanecen en el nido durante 8 semanas, a los 4 meses se independizan de sus progenitores y emigran. Una vez que son sexualmente maduras, establecen una pareja. 



Figura 5. Crías de Tyto alba. Fuente: http://www.rapacesnocturnas.com/rapacesnocturnas/lechuza


Un detalle importante es que el invierno antes al período reproductor es fundamental para determinar si se realizará una puesta o no. Si la hembra no ha podido alimentarse lo suficiente y sus reservar son mínimas o las justas para su supervivencia, no se reproducirán o bien no habrá puesta. En años de mucha abundancia, puede incluso haber una segunda puesta en otoño, pero eso se produce en circunstancias excepcionales (Zuberogoitia, 2000). 


Amenazas

Entre sus numerosas amenazas destacamos estas principales (Rosique, 2019): 

  • La intensificación de la agricultura. Con el fin de aumentar la productividad se amplían las parcelas, se eliminan márgenes, zanjas y lindes, y se unifican los terrenos creando entornos homogéneos que desfavorecen la diversidad. 
  • El aumento del uso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas, haciendo más efectivas las cosechas, eliminando la necesidad de rotación de cultivos o barbechos y fomentando monocultivos. Estos cambios hacen que la lechuza, al igual que el resto de organismos del ecosistema, vea alterado su entorno, limitando su hábitat disponible y pudiendo tener que ocupar otros lugares menos favorables. 
  • La pérdida de lugares de nidificación a causa del abandono del rural, así como cambios en el mismo. 
  • Las colisiones con el tráfico a causa de carreteras que fragmentan el terreno y el vuelo a baja altura de estas aves. 
  • Intoxicaciones por presas envenenadas por pesticidas.
  • Temperaturas bajas debido a los inviernos severos, reduciendo también el número de presas. 

Conservación

En el último siglo, su población a nivel mundial ha mostrado un declive importante. En Europa, se ha producido una reducción de hasta un 50% en algunas regiones. En concreto, en España, es una de las aves nocturnas que se encuentra en peor situación. 

Está catalogada como Preocupación Menor o LC a nivel mundial por la IUCN, siendo igual en el caso de la Península Ibérica. Y está incluida en el  Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial en España, aunque no lo está en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (RD 139/2011). También destacar que fue nombrada ave del año 2018 por SEO/BirdLife lo que ha dado un impulso a su conocimiento y conservación (SEO/BirdLife, 2018).



Figura 6. Ejemplar de lechuza común ladeando la cabeza y reaccionando a un sonido. Fuente: https://cuantoviven.org/donde-viven-las-lechuzas/

Bibliografía

Pérez, A.M. (2015). Alimentación de la lechuza común (Tyto alba) en dos localidades del noroeste ibérico. Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología. Área de Zoología. Universidade da Coruña. 

Piña, B, G. (2018). Alimentación de la lechuza común (Tyto alba) en diferentes localidades de Galicia. Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología. Área de Zoología. Universidade da Coruña.  

Rosique, S, V. (2019). Distribución de la Lechuza Común (Tyto alba) en la Comunidad de Madrid y posibles factores determinantes. Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución. Universidad Complutense de Madrid. 

Zuberogoitia, I. (2000). La influencia de los factores meteorológicos sobre el éxito reproductor de la Lechuza Común. Ardeola 47(1), 49-56. 

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