La tortuga boba

 


Figura 1. Ejemplar de tortuga boba o Caretta caretta. Fuente: https://www.aquariumcostadealmeria.com/reptiles/tortuga-boba-caretta/

La tortuga boba, tortuga caguama o Caretta caretta es ampliamente conocida por el territorio peninsular dada la facilidad con la que se pesca accidentalmente, de hecho, es conocida vulgarmente como "rubia" por los pescadores españoles. Se extiende por todos los océanos del mundo, especialmente en zonas subtropicales. En nuestro litoral es muy abundante, ya que se trata de un importante punto de alimentación de juveniles (hasta 70 cm). 


Características generales

La tortuga boba es una tortuga marina cuyo tamaño medio puede llegar a alcanzar una longitud de 1,25 m y un peso máximo de 200 kg (Figura 2). Su cabeza es grande con un cuello robusto y fuertes mandíbulas. Presenta una coloración dorsal marrón con bordes rojizos o anaranjados más visibles en la zona anterior. El vientre es blanquecino con tonos crema o amarillo pálido. Los juveniles grandes y los adultos suelen tener el caparazón dorsal cubierto con diferentes tipos de organismos vivos como algas, gusanos tubícolas, balanos u otros crustáceos sésiles que convierten a estas tortugas en pequeños arrecifes móviles que actúan como agentes dispersantes de multitud de especies marinas. Además, presenta dos pares de escamas prefrontales en la cabeza. El caparazón dorsal muestra 5 escamas vertebrales, 5 escamas costales a cada lado, de 11 a 13 marginales a cada lado y 2 escamas supracaudales. El pico queratinizado es muy fuerte y presenta bordes lisos. Las aletas delanteras presentan dos uñas en el lado anterior. Las extremidades posteriores tienen forma de timón y presentan también 2 uñas (Marco et al. 2008). 



Figura 2. Ejemplar de tortuga boba. Fuente: https://tortugastenerife.com/tortuga-boba/


Existe dimorfismo sexual, los machos son ligeramente mayores que las hembras y presentan una cola larga y robusta de hasta 30 cm de largo, en contraposición con las hembras, que es pequeña y apenas se ve. 

Al nacer son de tonalidad gris oscura, adquieren los colores de los adultos a medida que van creciendo y se convierten en juveniles. No pesan más de 25 g y miden hasta 5 cm. 


¿Cómo mantienen la temperatura corporal si están siempre en el agua?

Son capaces de mantener la temperatura corporal por encima de la temperatura del agua mientras nadan o reposan gracias a la propia actividad natatoria. A mayores, la flotación o la natación en la superficie o cerca de ella puede contribuir a mantener dicha temperatura. A pesar de estos esfuerzos, podemos encontrar ejemplares con hipotermia en épocas muy frías o en latitudes de aguas frías. Por este motivo se han observado juveniles en las playas termorregulándose fuera del agua. 

Un aspecto importante a tener en cuenta es que cuando las hembras se disponen a anidar o cuando las crías emergen del huevo y salen del nido hacia el mar, no soportan la exposición al sol ni el calor diurno, por lo que pueden morir rápidamente en su camino al mar. Como consecuencia, estos acontecimientos suelen tener lugar por la noche. 


Alimentación

La alimentación varía a lo largo de su desarrollo. Cuando nacen, pueden alimentarse de residuos de vitelo restantes del desarrollo embrionario, pero conforme crecen, se alimentan de microalgas, invertebrados marinos, huevos de peces e invertebrados, insectos terrestres y fibras, plumas u otro tipo de materiales inertes flotantes (Marco et al. 2008). 

Los juveniles se alimentan de una gran variedad de animales marinos de pequeño tamaño, incluyendo crustáceos, moluscos (Figura 3), equinodermos y peces lentos (las tortugas nadan lentamente, por lo que no pueden cazar peces ágiles y rápidos). Un dato curioso es que si una presa es localmente abundante, parece que adquieren cierta especialización, pero de manera temporal. A medida que crecen, la diversidad en la dieta aumenta, convirtiéndose en oportunistas tróficos. Pueden llegar a excavar en el fondo marino gracias a sus uñas para desenterrar presas (Marco et al. 2008). 



Figura 3. Caretta caretta alimentándose de un molusco. Fuente: https://www.aquariumcostadealmeria.com/reptiles/tortuga-boba-caretta/

Se sabe que la tortuga boba del Mediterráneo es capaz de comer medusas de manera habitual sin sufrir efectos tóxicos ni ningún tipo de intolerancia, lo que contribuye al control de la población de estos invertebrados. 

Para la captura del alimento parecen usar estímulos visuales y realizan esta actividad durante el día, dado que durante la noche apenas son capturados en palangres. Para la ingestión del alimento se pueden ayudar con las extremidades anteriores que pueden retener a las presas mientras son capturadas por el pico. En algunos casos se ha observado el uso de las uñas de las extremidades anteriores para desgarrar las presas grandes tras ser mordidas por el pico. Para facilitar la ingestión de presas blandas dispone en el esófago de multitud de espinas córneas dirigidas hacia el interior, que dificultan enormemente el retroceso del alimento (Castillo et al., 2007).


Hábitat y distribución

Se trata de una especie común en mar abierto y en zonas costeras. Durante sus primeros años de vida y hasta que alcanzan los 40 cm son fundamentalmente oceánicas. Una vez alcanzan la etapa adulta, muestran una preferencia por los hábitats costeros, lo cual está asociado a un cambio en la alimentación. Las hembras salen a tierra solamente para anidar, los machos nunca saldrán. En casos excepcionales se han visto a ejemplares jóvenes en playas, se cree que está relacionado con la termorregulación. 

Está presente en casi todos los océanos hasta los 60 grados de latitud norte. El litoral de la Península Ibérica es considerado como una importante zona de alimentación de juveniles, frecuentes hasta 70 cm de longitud recta del caparazón. Es abundante en zonas del Mediterráneo como el mar de Alborán o el entorno de las islas Baleares y Canarias. También se han hecho observaciones con relativa frecuencia en el Atlántico y el Cantábrico, sin embargo en el Norte y Noroeste de la península es más raro y menos frecuente que la tortuga laúd (Marco et al. 2008; Febrer, 2016). 

Un detalle interesante es que la inmensa mayoría de tortugas bobas presentes en el litoral español proceden de diferentes zonas de anidación estables alejadas del litoral español. Es decir, se sabe que la mayoría de las tortugas bobas presentes en el Mediterráneo, en realidad proceden de Estados Unidos y del Golfo de México, así como del Mediterráneo oriental. También existe un porcentaje elevado de tortugas procedentes del Atlántico. En las islas Canarias hay tortugas de similares orígenes excluyendo el Mediterráneo y la frecuencia de tortugas de América Central (Marco et al. 2008; Febrer, 2016). 

Las tortugas de origen mediterráneo pueden salir al Atlántico, sin embargo se trata de ejemplares de gran tamaño, ya que en el estrecho de Gibraltar existen fuertes corrientes de entrada que dificultan la salida de ejemplares más pequeños (Marco et al. 2008). 

Es la única tortuga marina que anida a latitudes más altas en ambos hemisferios, así como es la única que anida con éxito en España, aunque se trate de una anidación ocasional en las cosas mediterráneas (Marco et al. 2008). 


Reproducción

La reproducción de este reptil es poco conocida en algunos aspectos, pero se sabe que las hembras se aparean con varios machos y que son capaces de almacenar el esperma. 

Las hembras no suelen reproducirse todos los años, si no que dejan entre 1 y 2 temporadas de reposo en áreas de alimentación. Aunque es más frecuente que esperen 2 años para volver a reproducirse, este fenómeno varía con el tiempo tanto a nivel poblacional como individual en función de condiciones ambientales como la temperatura del mar o la abundancia de alimento. Por el contrario, los machos se aparean todos los años (Figura 4) (Varo-Cruz et al. 2007). 



Figura 4. Ejemplares apareándose. Fuente: https://www.mundotortugas.com/tortuga-boba/


La época de reproducción varía según dónde se encuentre el animal, en el Atlántico norte y el Mediterráneo se produce la puesta a final de primavera y verano mientras que las eclosiones se inician en verano y se prolongan durante el otoño. Los apareamientos se inician temprano en la primavera durante la migración reproductora y son muy frecuentes cerca de las playas de anidación y especialmente al principio de la temporada de puesta, aunque continúan durante toda la época de puesta (Marco et al. 2008). 


Puesta de huevos

Las hembras de tortugas bobas sólo salen a tierra a anidar. Los nidos los excavan en playas arenosas evitando con diferente éxito zonas inundables. Suelen anidar en zonas dunares con vegetación y suelen evitar dunas móviles inestables.

La época de puesta se inicia en Mayo en el Mediterráneo. Cada hembra realizará entre 1 y 7 nidos, si la hembra es grande, pondrá más huevos en cada nido, pero no tendrá más nidos por temporada. Este detalle es importante: tras cada puesta se produce una nueva ovulación y fertilización de los huevos. Como se necesitan días para formar los nuevos huevos, el intervalo entre anidaciones puede variar entre 10 y 18 días. Si la temperatura del agua es alta, este intervalo se reduce (Varo-Cruz et al. 2007).

La anidación es nocturna y se puede ver afectada por las mareas, la luna o la iluminación artificial de la playa. Las hembras salen de forma aislada a la playa y ascienden lentamente seleccionando su lugar de puesta. Pueden realizar varios intentos de anidación antes de realizar el nido y también pueden retornar al agua sin llevarlo a cabo. La excavación del nido se inicia con movimientos laterales de todo el cuerpo que entierran a la tortuga entre 10 y 25 cm, después inician un excavado con las patas traseras de unos 25 a 30 cm donde depositarán los huevos (Figura 5). Tras la puesta tapan rápidamente los huevos con arena usando las patas traseras, compactan la arena con el peso de su cuerpo y el empuje de sus extremidades y camuflan el lugar del nido removiendo arena con las aletas delanteras . Tras este proceso retornan al mar (Varo-Cruz et al. 2007).



Figura 5. Nido de una tortuga boba. Fuente: https://www.aquariumcostadealmeria.com/reptiles/tortuga-boba-caretta/


El número de huevos de cada puesta es variable geográficamente de forma que en Florida suelen poner entre 100 y 125 huevos por nido mientras que en Cabo Verde o Grecia suelen poner entre 65 y 95 huevos (Varo-Cruz et al. 2007). La incubación dura en término medio unos 52-56 días a unos 29,5 ºC de temperatura, en la cual nacen una cantidad equilibrada de machos y hembras. Sin embargo si la temperatura aumenta, también lo hace el número de hembras y viceversa. 

En este enlace podemos observar el proceso de puesta de huevos que acabo de explicar, así como algunos datos sobre las amenazas que sufren, de las que hablaremos en apartados posteriores: Proceso de nidificación


Emergencia de las crías

La eclosión es un proceso lento que se produce de manera masiva y nocturna. Las crías serán más o menos grandes en función del tamaño del huevo. Tras emerger, se desplazan por las dunas y la playa hasta el mar (Figura 6). La presencia de basura, estructuras, iluminación artificial, etc, pueden impedir este acceso al mar provocando una alta mortalidad entre ellas. 



Figura 6. Crías de tortuga boba dirigiéndose al mar. Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20180123/44233595484/tortuga-boba-mediterraneo-conservacion-nidos-esporadicos.html


Ciclo de vida de Caretta caretta

En la Figura 7 observamos un resumen del ciclo de vida de este animal. Empecemos por la esquina inferior izquierda, donde las crías acaban de nacer. Como comentábamos en apartados anteriores, las crías, una vez emergidas se dirigen al mar. En el mar, se alimentan y crecen hasta llegar a juveniles, cambiando el hábitat oceánico por el costero. En el hábitat costero, se convierten en adultos. Los machos y hembras inician la migración reproductora hacia las playas de nidificación. En este momento, se aparean, y las hembras realizan la puesta, esto se produce de manera cíclica durante varias ocasiones, de ahí que construyan más de un nido. Una vez se termina la época de puesta y reproducción, las hembras adultas vuelven al hábitat costero a alimentarse. Los machos se quedarán en la zona de reproducción durante un tiempo para aparearse con el mayor número de hembras posible. 



Figura 7. Ciclo de vida de la tortuga boba. Fuente: https://tortugastenerife.com/tortuga-boba/


Depredadores 

En los embriones, una de las causas de mortalidad más comunes es la depredación de los nidos por parte de cánidos, aves, saurios o  incluso insectos. 

Los recién nacidos en la playa o en el mar sufre la depredación de mamíferos, aves, peces y crustáceos, siendo más alta durante las primeras 24 horas de vida. 

En cuanto a los juveniles y adultos, son cazados por cachalotes, orcas o grandes tiburones. De hecho, pueden verse algunos ejemplares con mordiscos en el caparazón o sin alguna extremidad. 


Amenazas

Una de sus principales amenazas era la captura de ejemplares para consumo, hecho que se llevó a cabo hasta fechas recientes en España y el resto del Mediterráneo. En la actualidad, la captura accidental en artes de pesca tanto industriales como artesanales, la contaminación del mar, la colisión con embarcaciones o la ingestión de plásticos e hidrocarburos son sus principales amenazas en el mar (Marco et al. 2008). 

En el Mediterráneo se estima la captura por palangre de entre 60.000 y 80.000 tortugas bobas, esto tiene lugar en los meses cálidos y durante el día (Figura 8). De todas estas tortugas capturadas, entre el 10 y el 30% tienen muchas probabilidades de morir. La pesca de cerco, por redes de arrastre, enmalle de superficie o de deriva o por nasas para langostas y otros invertebrados también pueden ser causas muy importantes de mortalidad de tortugas en el Mediterráneo occidental (Sardá, 2018). 



Figura 8. Tortuga capturada accidentalmente por pesca de palangre. Fuente: https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-luminosidad-de-la-Luna-afecta-a-las-capturas-accidentales-de-tortugas-en-la-pesca-con-palangre


Se han encontrado plásticos en el sistema digestivo de ejemplares juveniles (las tortugas confunden las bolsas de plástico flotando en el mar con medusas; Figura 9), así como anzuelos y sedales de pesca. Se enredan en las redes de pesca abandonadas a la deriva (Figura 10). Hay que sumarle también la ingestión de hidrocarburos y aceites industriales. De hecho, en las Islas Canarias se recogen ejemplares anualmente para que su recuperación. Se han encontrado niveles altos de plomo, mercurio, PCBs, etc en estos animales (Marco et al. 2008). 



Figura 9. Eslogan utilizado para reducir la cantidad de plástico en los océanos. Fuente: https://twitter.com/policia/status/875635266869907456




Figura 10. Tortuga atrapada en una red de pesca a la deriva. Fuente: https://violetagreenworld.com/tortuga-caretta-caretta-atrapada-en-plastico-foto-de-eduardo-acevedo/


Las colisiones con embarcaciones provocan traumatismos que pueden llegar a ser graves en el caso de las hélices. También se tienen encontrado ejemplares con golpes de machetes o instrumentos similares en playas de anidación. 

Las hembras también se encuentran amenazadas durante la anidación, ya que son capturadas o atacadas por perros domésticos que están sueltos. 

La contaminación se acumula en los huevos y puede alterar el desarrollo embrionario o matar a los embriones. 

La destrucción de playas, el uso excesivo, el tráfico rodado o la iluminación artificial pueden alterar la anidación, incubación o éxito de las crías.

Debido al calentamiento global, la producción de machos puede verse alterada, ya que recordemos que a mayor temperatura en el nido, mayor proporción de hembras. Además, el aumento del nivel del mar, el incremento de la erosión de las playas o el incremento en la frecuencia e intensidad de grandes tormentas o mareas extremas pueden también afectar negativamente a la reproducción de las tortugas marinas (Marco et al. 2008). 

En definitiva, la lista de amenazas es inmensa y esto es solamente un resumen. 


Conservación

A nivel mundial y de España está considerada por la UICN como un ejemplar en peligro de extinción o EN. 

Se ha detectado un declive poblacional importante en sus principales zonas de anidación atlánticas, que son Florida y Cabo Verde. En cuanto a la población mediterránea parece estable, aunque en niveles muy bajos. 

Existen una serie de medidas de conservación para la especie que se encuentran recogidas en La tortuga boba (Caretta caretta) en los mares de España por Sagarminaga et al. 2016. Entre las que se encuentran reducir la mortalidad por causas no naturales, incrementar la población manteniendo la variabilidad genética, evitar el deterioro de los hábitats, evitar la reducción de las áreas de nidificación, etc. Existen programas de recogida de huevos de los nidos para que crezcan en un lugar seguro, una vez emergen las crías, se llevan a la playa para que alcancen el mar, aumentando así las probabilidades de supervivencia. 


Bibliografía

Apuntes de clase. 

https://tortugastenerife.com/tortuga-boba/

Castillo, J.J., Marco, A., Mons, J.L., Abella, E., Quiñones, L. (2007). Captura, ingestión y tolerancia a medusas tóxicas formadoras de enjambres por parte de tortugas bobas juveniles. Bol. Asoc. Esp. Herpetol., 18: 77-82.

Febrer, A. 2016. Uso del hábitat y dispersión de juveniles de tortuga boba (Caretta caretta) mediante seguimiento vía satélite. Trabajo de Fin de Máster. Universidad Politécnica de Valencia.  

Marco, A., Carreras, C., Abella, E. (2008). Tortuga boba – Caretta caretta. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Carrascal, L. M., Salvador, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/

Sagarminaga, R., Tejedor, A. & Melero, M. (2016). La tortuga boba (Caretta caretta) en los mares de España. INDEMARES.

Sardá, G. (2018). Interacción de la pesca con la tortuga boba (Caretta caretta) en el litoral valenciano. Trabajo de Fin de Máster. Universidad de la Laguna. 

Varo-Cruz, N., Cejudo, D., López-Jurado, L.F. (2007). Reproductive biology of the loggerhead turtle (Caretta caretta L. 1758) on the island of Boavista (Cape Verde,West Africa). Pp. 127- 144. En: López-Jurado, L.F., Liria-Loza, A. (Eds.). Marine

Comentarios

Entradas populares