El águila real

 


Figura 1. Ejemplar de águila real o Aquila chrysaetos. Fuente: https://www.asturnatura.com/especie/aquila-chrysaetos.html

El águila real o Aquila chrysaetos es un ave rapaz diurna de gran tamaño (80-90 cm) que se caracteriza por un pico grande y fuerte. Pertenece al género Aquila, que es el género de las águilas verdaderas, es decir, que presentan patas con los tarsos emplumados.  


Características generales

El águila real pesa, de media, unos 4,5 kg y tiene una envergadura de más de dos metros, es decir, la longitud del animal con las alas extendidas desde la punta de un ala hasta la otra. Los adultos presentan un plumaje fundamentalmente marrón, con gran variabilidad de tonalidades, desde individuos muy oscuros a otros bastante claros, casi rubios. En general, las partes inferiores del cuerpo resultan algo más claras que las dorsales pero en ambos casos suelen aparecer irregularmente salpicadas de tonos más claros, color que puede extenderse hasta las plumas cobertoras. Las plumas de la nuca y el cogote presentan forma lanceolada y matices dorados. El pico es prácticamente negro en su extremo distal y se aclara hacia la base desarrollando tonos grises. Destaca el color ámbar de sus ojos. Las garras con de color amarillo y presentan unas uñas potentes y afiladas de color oscuro (Figura 2).



Figura 2. Ejemplar adulto de águila real. Fuente: https://www.aceytuno.com/index-phpsecdesarrolloid3438/


Plumaje y edad

Antes de comenzar a explicar este apartado, es necesario mostrar los tipos de plumas alares que existen:  



Figura 3. Esquema de un ala de una urraca donde se señalan los tipos de plumas. Fuente: https://www.researchgate.net/figure/Figura-26-Tipos-de-plumas-en-el-ala-de-una-urraca_fig21_228995025


La coloración de esta ave rapaz viene determinada por la edad. Se trata de un proceso gradual por el cual el plumaje se aclara. Este fenómeno tiene lugar en una serie de fases. En el artículo de Blasco-Zumeta y Heinze (2011) reconocen hasta seis tipos de plumajes (Figura 4):

Fase I

En general, los jóvenes, al abandonar el nido, presentan una coloración marrón oscura, bastante uniforme, con la nuca y el cogote de tonos pardo rojizos. Las plumas de la cola (o rectrices) son de color fundamentalmente blanco, con una banda, casi negra, en su tercio distal. Suelen presentar unas manchas blancas en la base y parte interna de las rémiges, que componen un característico diseño en su silueta de vuelo. 

Fase II

Entre 1-2 años de edad. Aspecto similar al juvenil pero con dos generaciones de plumas primarias, siendo nuevas las internas. Varias secundarias nuevas, que son más anchas, cortas y menos puntiagudas. En las nuevas rectrices, de número variable, se difumina la separación entre las zonas blancas y oscuras, con tonos grisáceos.

Fase III

Entre 2-3 años de edad. Tres generaciones de primarias, con las más externas retenidas desde la fase juvenil y dos generaciones nuevas de rectrices, con la base blanca. No suelen conservarse las secundarias de la primera fase y algunas pueden mantener todavía la base blanca.

Fase IV

Entre 3-4 años de edad. Mantienen tres generaciones de primarias, ninguna de la fase juvenil y las nuevas rectrices, de tercera generación, presentan el típico diseño mancheado del adulto, semejante al de las nuevas primarias y secundarias.

Fase V

De 4-5 años de edad. Semejante al adulto, con rémiges barreadas pero todavía conservan algunas rectrices, normalmente las más externas, con la base blanca.

Fase VI

A partir de 5-6 años de edad. Los adultos no presentan áreas blancas ni en la parte inferior del ala ni en la cola. Las rémiges son de color marrón grisáceo, barreadas en la base y con una banda ancha subterminal, que dibuja una suerte de línea oscura en el borde posterior de las alas. Iris ámbar o marrón claro.



Figura 4. Distintas fases de crecimiento y plumaje correspondiente, comenzando por el ejemplar del margen superior izquierdo. Fuente: Esta imagen pertenece a Iberian Wildlife, una página de Facebook sobre la fauna ibérica. 


Alimentación: una rapaz oportunista

En general, las águilas reales son depredadores activos que capturan a sus presas desde el cielo en pleno vuelo o al acecho desde sus posaderos. Pueden cazar en solitario o en pareja. 

Como comentábamos en el título del apartado, se trata de un animal oportunista, es decir, es capaz de explotar una amplia variedad de recursos en función de su disponibilidad. Puede cazar presas como ungulados y también depredadores (superdepredación) como otras aves rapaces u otros carnívoros (Figura 5) (Fernández & Leoz, 1985). 

El conocimiento sobre la dieta de este ave se basa en el estudio de restos y de egagrópilas (bola de restos indigeribles que regurgitan algunas aves). En general, los conejos, las liebres y las perdices rojas acaparan la actividad depredadora del águila real y en conjunto suman el 66,5% de las capturas y el 72,6% de la biomasa consumida. Existe una considerable variabilidad geográfica, relacionada con la importancia relativa del conejo, mucho más acusada en las regiones mediterráneas. En las regiones atlánticas y de montaña, las liebres adquieren un mayor protagonismo y se observa también un incremento en el tamaño medio de las presas y en su diversidad. Durante el invierno, crece el consumo de carroña de ungulados, tanto domésticos como silvestres (Fernández & Purroy, 1990). 

Aunque a rasgos generales, las presas ya comentadas son las más consumidas, el águila puede cazar otros animales. Dentro de los mamíferos destacamos al erizo (Erinaceus europaeus), la ardilla roja (Lepus granatensis), el lirón careto (Eliomys quercinus), la marta (Martes martes), la comadreja (Mustela nivalis), entre otros. Entre las aves nos encontramos al anade real (Anas platirhynchos), a la urraca (Pica pica), la corneja (Corvus corone), entre muchos otros. Por último, dentro de los reptiles puede depredar sobre la culebra lisa europea (Coronella austriaca), el lagarto ocelado (Timon lepidus) y la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), etc.



Figura 5. Águila real alimentándose de un zorro. Fuente: https://www.freepik.es/fotos-premium/aguila-real-aquila-chrysaetos-comiendo-presas-nieve-naturaleza-invierno-alimentacion-aves-silvestres-zorro-muerto_12237553.htm

En el siguiente enlace podemos observar a un ejemplar de Aquila chrysaetos disputando los restos de un cadáver con una pareja de zorros: Águila real y pareja de zorros


Hábitat y distribución 

Se trata de una especie ligada a espacios abiertos debido a la necesidad de obtener alimento, evita áreas forestales extensas, agrícolas o muy humanizadas. Así como, también se relaciona con ambientes rupícolas, nidificando en regiones de montaña preferentemente (Arroyo, 2017). 

Existen diferencias entre ambientes que ocupan los juveniles e inmaduros y los adultos. Los primeros, durante el primer año de vida, no muestran preferencia por el uso de ninguna altitud. Además, en el sur ibérico, los juveniles se asientan de manera temporal en zonas con abundancia de conejo y perdiz (Arroyo, 2017). 

Se trata de una especie que ocupa latitudes medias y altas en gran parte del hemisferio norte, incluyendo América del Norte, Europa, norte de África, Asia hasta Japón y algunas regiones de Etiopía. En España presenta una distribución muy amplia, relacionada a grandes rasgos con los principales sistemas montañosos. Es muy escasa en Galicia, en las franjas litorales cantábrica y levantina, así como en ambas mesetas, en la depresión del Guadalquivir y suroeste de Extremadura. El núcleo más extenso y continuo se asienta en el conjunto Cordillera Cantábrica-Pirineos-Sistema Ibérico-Depresión del Ebro, siendo también destacables los correspondientes a las Cordilleras Béticas, Sierra Morena y Montes de Toledo (Arroyo, 2017). 


Reproducción

A grandes rasgos se trata de un animal monógamo, la pareja es la unidad básica (macho y hembra). 

Se trata de una especie rupícola que anida en roquedos con el fin de evitar depredadores, sin embargo también puede nidificar en árboles cuando la primera opción es escasa. Existen casos de nidificación en restos de tejado. Para la elección del roquedo, la ausencia humana es determinante. Generalmente, el nido es una acumulación de palos de unos 40-50 cm de altura y más de un metro de diámetro (Figura 6) (Arroyo, 2017).  Ambos miembros de la pareja colaboran en la construcción de los nidos y aunque esta actividad puede observarse en cualquier época del año, es en los meses inmediatos a la puesta cuando adquieren mayor importancia (Watson, 2010).



Figura 6. Ejemplar de águila real en un nido. Fuente: https://es.avianreport.com/datos-sobre-aguila-real/

Al igual que tantas otras rapaces, el águila real suele mantener en sus territorios varias plataformas, que utilizan de manera irregular a lo largo de los años y cuyo número podría relacionarse, entre otros factores, con el historial de ocupación del territorio, la disponibilidad de roquedos apropiados para nidificar, el éxito reproductor y también con la amplitud temporal de los seguimientos (Arroyo, 2017).

En rasgos generales, las parejas se reproducen una vez al año, pero existen algunas parejas que eluden criar cada temporada por diversos motivos que normalmente se relacionan con la actividad humana. 

En el 80% de los casos ponen dos huevos (Figura 7), pero también pueden poner uno o tres huevos. Las puestas se concentran a lo largo del mes de marzo en la Península Ibérica. Los huevos son puestos con un intervalo de 3-5 días y su incubación, que se prolonga entre 41 y 45 días, comienza tras la puesta del primer huevo. Como en otras rapaces, se asiste a un claro reparto de funciones entre ambos miembros de la pareja, asumiendo la hembra un papel predominante en la incubación, encargándose el macho de suministrarle alimento y ejercer tareas de vigilancia, si bien este modelo puede alterarse en determinadas situaciones, relacionadas con la disponibilidad y naturaleza del alimento. Los pollos nacen con los ojos abiertos y con el cuerpo recubierto de un plumón gris-blanquecino. A partir de los 40-45 días comienzan a abandonar el área de nidificación. La partida definitiva tiene lugar a los 77 y a los 85 días (Fernández & Leoz, 1986; Watson, 2010).



Figura 7. Hembra incubando un par de huevos en su nido. Fuente: https://es.avianreport.com/reproduccion-aguila-real/


En el siguiente enlace, podemos ver a una serie de ejemplares de águila real, cazando y alimentando a su prole. Así como podemos ver a la cría creciendo y desarrollándose: Águila real


Amenazas

La información disponible sobre las presiones que sufre esta especie es muy irregular, sin embargo se sabe que las amenazas a las que se enfrenta son muchas, siendo estas las más relevantes: 

- Alteración y destrucción del hábitat. Esto puede llegar a condicionar la distribución del animal. La construcción de carreteras, pistas, urbanizaciones, repoblaciones forestales con árboles no autóctonos...

- La caza ilegal. Relacionadas casi siempre con las actividades cinegéticas. También se han notificado casos de ejemplares envenenados por plomo al ingerir munición. 

- El expolio o destrucción de nidos. 

- Cebos envenenados. Durante el periodo 1992-2013 se registraron en España 182 águilas reales entre un total de 6.307 rapaces envenenadas por cebos ilegales (Cano et al, 2016).  

- Mortalidad en tendidos eléctricos. 

- Mortalidad en parques eólicos. Disminuyendo la calidad del hábitat. Además, se han registrado casos de colisión de estas águilas con las aspas de dichos molinos.

 - Molestias derivadas de actividades humanas como el senderismo, escalada, pesca deportiva, etc. 

- El cambio climático. 


Conservación

Está considerado, en España, como Casi Amenazado o NT por la IUCN. A nivel global se considera una Preocupación Menor o LC. 

Se han propuesto una serie de medidas de conservación para mitigar las consecuencias derivadas de algunas de las amenazas existentes. Por ejemplo, se han desarrollado programas para sensibilizar a los cazadores de la importancia de no asesinar a estos animales. En cuanto a los tendidos eléctricos se están modificando de tal manera que puedan aislar los postes y balizar los cables para evitar estas muertes. También se han llevado a cabo propuestas para proteger las áreas de nidificación con el fin de minimizar la alteración y la pérdida de la calidad del hábitat. Por último, se han establecido programas de seguimiento e investigación, así como de reintroducción de ejemplares procedentes de la cría en cautividad. Este último tiene lugar, en concreto, en la provincia de Ourense (Galicia). 


Bibliografía 

Apuntes de clase. 

Arroyo, B. (2017). Águila real – Aquila chrysaetos. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/

Blasco-Zumeta, J., Heinze, G. M. (2011). Atlas de identificación de las aves de Aragón. Ibercaja Aula en Red. Disponible en: www.ibercajalav.net

Cano, C., de la Bodega, D., Ayerza, P., Mínguez, E. (2016). El veneno en España. Evolución del envenenamiento de fauna silvestre (1992-2013). WWF y SEO/BirdLife, Madrid. 48 pp.

Fernández, C., Leoz, J. (1985). La alimentación del águila real Aquila chrysaetos en Navarra. Príncipe de Viana, 5: 227-242.

Fernández, C., Leoz, J. (1986). Caracterización de los nidos de águila real Aquila chrysaetos en Navarra. Munibe, 38: 53-60.

Fernández, C., Purroy, F. J. (1990). Tendencias geográficas en la alimentación del águila real (Aquila chrysaetos) en Navarra. Ardeola, 37:197-206.

Watson, J. (2010). The Golden Eagle. 2nd revised edition. Poyser Monographs. T & A. D. Poyser, London. 464 pp.

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