La víbora hocicuda

 


Figura 1. Ejemplar de víbora hocicuda o Vipera latastei. Fuente: https://nationalcarpfishing.blogspot.com/2016/05/la-vibora-hocicuda.html

La víbora hocicuda o Vipera latastei es un ofidio o serpiente perteneciente al grupo de los vipéridos, más conocidos como víboras. Como hablamos en secciones anteriores, se caracterizan por una dentición solenoglifa, es decir, con colmillos huecos conectados a una glándula venenosa. 


Características generales

Como norma general, presenta un cuerpo relativamente grueso y con una cola corta. La cabeza es de aspecto triangular, está bien diferenciada del cuerpo y presenta un apéndice nasal dirigido hacia arriba, de ahí el nombre de víbora hocicuda. Su tamaño oscila entre los 50 y los 60 cm. 

Su coloración es menos variable que en otras especies de víboras. En general, la coloración de fondo es ceniciento oscuro hasta marrón, según la población. En la región dorsal de la cabeza presenta frecuentemente dos bandas oscuras oblicuas, que pueden unirse en la zona anterior, formando una V invertida. El dorso está cubierto por una banda vertebral, que puede formar un dibujo en zigzag, o una sucesión de manchas romboidales, tanto interconectadas como aisladas. El color de la banda vertebral varía entre ceniciento y pardo, pero generalmente es más oscura que la coloración de fondo del dorso y está bordeada de negro. En los flancos presenta manchas oscuras de tamaño e intensidad variables. La zona ventral es cenicienta, a veces blanquecina, o casi negra. La extremidad de la cola puede ser amarilla o negra. El iris es amarillo o dorado (Brito, 2017) (Figura 2).  



Figura 2. Ejemplar de víbora hocicuda. Fuente: https://www.biodiversidadvirtual.org/reptiles/Vipera-latastei-img23876.html



Figura 3. Otro ejemplar adulto de víbora hocicuda. Fuente: https://www.paleoherpetologia.com/2018/06/Vipera-latastei-vibora-hocicuda.html


Existen pocos casos documentados de especies melánicas, por ejemplo, durante un trabajo de campo que realizaron Martínez-Freiría et al, en 2010 descubrieron un ejemplar en el Parque Natural da Baixa Limia, en la Serra do Xurés (provincia de Ourense).  Otras especies como la Víbora de Seoane (Vipera seoanei), en contraposición, presentan una elevada frecuencia de melanismo. 

El dimorfismo sexual es reducido en comparación con otras especies. Los machos presentan una cola proporcionalmente más larga que las hembras, así como es más ancha en la región anterior debido a la presencia del órgano reproductor masculino o hemipenes. A mayores, los machos tienen una coloración más oscura y, en la mayor parte de los casos, la cola es de color negro (Brito, 2017). 

En el siguiente enlace podemos ver un pequeño documental sobre esta especie de ofidio de la Península Ibérica: La víbora hocicuda


Veneno 

El veneno de Vipera latastei tiene efectos hemolíticos, es decir, anticoagulantes, provocando hemorragias internas a la presa. Cabe destacar que, aunque su toxicidad es más reducida en comparación con las restantes víboras europeas, la cantidad de veneno que inocula es bastante más elevada, por lo que su mordedura es igual de grave y peligrosa (Brito, 2017). 

En un primer momento, el veneno inoculado tiene efectos proteolíticos (necróticos) y coagulantes, pero poco después se desencadenan efectos anticoagulantes y hemorrágicos locales. La gravedad de la mordedura depende de la cantidad de veneno que ha inyectado, siendo esta muy variable, así como también depende de la región corporal donde se ha producido y de la susceptibilidad de la víctima (edad, peso, robustez física).  También puede influir la época del año, ya que la temperatura puede afectar la concentración de toxina presente. Por último, las víboras jóvenes generalmente inoculan menores cantidades, pero con mayor concentración de toxina (Crespo y Sampaio, 1994).


Alimentación 

Generalmente caza durante el día, pero en los meses calurosos puede cazar también por la noche. Su técnica de caza se basa en el acecho, pero también puede utilizar la parte final de la cola como cebo gracias a su coloración. Las presas confunden dicha cola con un anélido u otro invertebrado de características similares y cuando se acercan para cazar a su supuesta presa, cambian los roles y acaban convirtiéndose en ella. La víbora muerde a la presa, la cual huye y muere poco después. El ofidio sigue su rastro hasta que encuentra su cadáver y lo engulle desencajando la mandíbula. 

La dieta de esta víbora es muy variada, incluyendo artrópodos, anfibios, reptiles (principalmente lagartijas), aves y micromamíferos. Estos últimos y los reptiles son sus presas básicas, sin embargo, la frecuencia con la que cazan unas especies u otras varía con las diferencias geográficas y con la disponibilidad de las mismas. Las víboras hocicudas consumen preferentemente mamíferos en regiones húmedas, frías y nubosas, mientras que combinan el consumo de reptiles con micromamíferos en regiones secas, cálidas y soleadas (Santos et al, 2008).

Un detalle interesante es que la composición de la dieta varía conforme la edad. Los juveniles se alimentan sobre todo de reptiles y artrópodos, mientras que los adultos progresivamente sustituyen esta presa por insectívoros y los individuos de mayor talla se alimentan de roedores y aves (Santos et al, 2008).

Existen variaciones estacionales en el número de presas consumidas, siendo mayor en verano y en otoño que en el resto del año (Brito, 2017).


Hábitat y distribución

La víbora hocicuda es una especie típica de regiones con clima mediterráneo (Figura 4). Ocupa zonas rocosas secas, con frecuencia cubiertas por matorrales, bosques, taludes escarpados y muros de piedra con alguna vegetación. También está presente en zonas abiertas de bosques de robles, coníferas, alcornoques y encinas o bosques mixtos, que contengan sitios propicios para refugio, termorregulación e hibernación. Así mismo, se encuentra ocasionalmente en pinares arenosos litorales y en zonas arenosas casi sin vegetación arbustiva, tales como las dunas costeras del Parque Nacional de Doñana (Sanz, 2008; Brito, 2017).



Figura 4. Ejemplar de víbora hocicuda en su hábitat. Fuente: https://www.asociaciontimon.org/especies/vipera-latastei/


La distribución peninsular de Vipera latastei está condicionada por la presencia humana, sin embargo prefiere zonas cálidas, llanas y sin especies competidoras. Este conjunto de acontecimientos explica su ausencia o reducida presencia en el norte peninsular. Por ejemplo, en Galicia sólo está presente en algunas sierras de la provincia de Ourense.  

Por lo tanto esta víbora habita en casi toda la Península Ibérica (excepto en el norte) y el norte de África (áreas costeras de Marruecos, Argelia e Túnez, así como en la cadena montañosa del Rif ). En España se encuentra en el sur de Galicia y al sur de las cordilleras Cantábrica y Pirenaica, estando ausente en los extremos septentrionales de las provincias de León, Palencia y Burgos y por todo el País Vasco. Parece ser frecuente en regiones montañosas (sierras de La Cabrera, Culebra, Sistema Ibérico, Sistema Central, Serra Morena y Sierras Béticas) y en regiones relativamente deshabitadas (Burgos y Montes de Toledo). En Portugal se encuentra en todo el territorio, pero en poblaciones dispersas y aisladas, de una forma general restringida a las zonas montañosas (Brito, 2017). 

Es importante comentar que este ofidio, en toda su distribución, se encuentra en poblaciones aisladas y dispersas; por lo que, si el cambio climático continúa avanzando a este ritmo, los escenarios posibles para esta especie se basan en una disminución de más de un 70% entre 2041 y 2070. 


Reproducción 

La reproducción de estos animales es estacional, puede darse en primavera, en otoño o en ambas estaciones. Sin embargo las hembras no se reproducen todos los años, sino cada dos (más frecuente) o tres.

Es una especie ovovivípara. Si se reproducen en primavera, el parto tiene lugar a mediados de agosto, sin embargo puede retrasarse por las condiciones meteorológicas. Pueden tener de 2 a 13 crías por parto, existiendo una correlación positiva con el número de crías y el tamaño de la hembra. Cuando nacen, de media pueden pesar 5 gramos y medir 15 cm (Pleguezuelos et al., 2007).



Figura 5. Juvenil de víbora hocicuda. Fuente: https://www.flickr.com/photos/129143690@N06/19213617466

Depredadores

Sus principales depredadores son la culebrera europea o águila culebrera (Circaetus gallicus) y el meloncillo (Herpestes ichneumon). Aunque también puede ser depredada por el erizo europeo (Erinaceus europaeus), el jabalí (Sus scrofa), la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) y la gineta (Genetta genetta). 


Amenazas

Podemos resumir a los principales factores de amenaza en esta lista (Brito, 2017): 

Alteración del hábitat

Es el principal factor de amenaza para las víboras, ya sea por la disminución de la calidad o la fragmentación de sus áreas de distribución originales. Al disminuir el número de poblaciones, disminuye la variabilidad genética, lo que conlleva a la aparición de enfermedades, etc. 

¿Por qué cada vez ven más disminuidos sus territorios?

  • Incendios forestales. 
  • Agricultura intensiva.
  • Silvicultura intensiva, repoblaciones forestales con especies exóticas y destrucción de bosques ripícolas. El mismo problema que con las demás especies ya comentadas. Las plantaciones de especies forestales de crecimiento rápido como los pinos y los eucaliptos contribuyen a la disminución de la calidad del suelo, que afecta a las comunidades de invertebrados y así también a toda la cadena trófica, y en una menor penetración de la radiación solar que impide o dificulta a termorregulación de las víboras. Extensas áreas de hábitat favorable para Vipera latastei fueron destruidas para la implementación de plantaciones de producción en Galicia y en el centro y norte de Portugal.
  • Desarrollo urbano y carreteras. Esto reduce, fragmenta y causa polución y aumento de la predación provocada por las especies domésticas, como los perros y gatos.

Atropellamientos en las carreteras

Las serpientes muestran una tendencia por calentarse en el asfalto de las carreteras y debido a su forma alargada y a su locomoción lenta son un blanco para los atropellos. Además, en la época de reproducción aumentan los atropellos ya que aumenta su movilidad. 

Persecución por aversión o por considerarla especie dañina

Son consideradas animales peligrosos y repugnantes y por lo tanto, perseguidas y capturadas. Se conoce un caso en España, en las Islas Columbretes, en el siglo XIX, en el que exterminaron a toda la población insular durante la construcción de un faro. 

Comercio ilegal para coleccionismo y por superstición

En Portugal, se captura y se comercializa por motivos supersticiosos que se remontan a la Edad Media. Los animales son capturados, muertos y sus cabezas comercializadas como amuletos, pues existe la creencia de que tener una víbora o cabeza de víbora en casa, da suerte, santifica el hogar y trae dinero. 

Por último, al igual que toda especie de animal salvaje existente y como comentamos en apartados anteriores, el cambio climático resulta una amenaza evidente. 


Conservación

La UICN ha catalogado a esta especie como Vulnerable o VU, pero se encuentra en continuo decrecimiento. Esto es debido a la destrucción de sus hábitats y, como consecuencia de su bajo potencial reproductivo, hace que a esta especie le sea difícil recuperar sus poblaciones en declive. 

En España se ha catalogado como Casi Amenazada o NT. 


Bibliografía

Apuntes de clase.

Brito, J. C. A. R. (2017). Víbora hocicuda – Vipera latastei. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/

Crespo, E. G., Sampaio, L. (1994). As Serpentes de Portugal. Instituto da Conservação da Natureza, Lisboa.

Martínez-Freiría, F, Pardavila, X, & Lamosa, A. (2012). Un nuevo caso de melanismo en Vipera latastei. Bol. Asoc. Herpetol. Esp. 23(1)

Pleguezuelos, J. M., Santos, X., Brito, J. C., Parellada, X., Llorente, G. A., Fahd, S. (2007). Reproductive ecology of Vipera latastei, in the Iberian Peninsula: Implications for the conservation of a Mediterranean viper. Zoology, 110 (1): 9-19.

Santos, X., Pleguezuelos, J. M., Brito, J. C., Llorente, G. A., Parellada, X., Fahd, S. (2008). Prey availability drives geographic dietary differences of a Mediterranean predator, the Lataste's viper (Vipera latastei). Herpetological Journal, 18 (1): 16-22.

Sanz, T. (2008). Víbora hocicuda, Vipera latastei Boscá, 1878: cita en el sector nororiental de la provincia de León. Bol. Asoc. Herpetol. Esp. 19 


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