El jabalí
Características generales
El jabalí es un animal que se caracteriza por un cuerpo voluminoso y rechoncho, con una cabeza de gran tamaño que está unida al tronco por un cuello apenas perceptible y que se caracteriza por un mayor desarrollo del tronco superior con respecto a las extremidades.
Su coloración varía a medida que crecen. Desde que nacen hasta que tienen 6 meses, presentan la típica coloración a rayas con función mimética (rayones; Figura 2). Desde los 6 meses hasta el año de vida, esa coloración pasa a ser entre rojiza y parduzca (bermejos; Figura 3). Y a partir del año, el pelo oscurece y aparecen regiones con pelos blanquecinos, sobre todo en la cabeza y en los flancos. Un detalle interesante es que los machos de mayor edad pueden presentar estas tonalidades blanquecinas más extendidas (Fernández-Llario, 2017).
En cuanto al tamaño, la media de peso en los machos oscila entre los 75 y los 85 kilos y las hembras entre 55 y 65 kg. Sin embargo, esto son aproximaciones, ya que existen ejemplares de hasta 120 kg o más. Cabe destacar que los jabalíes de la Península Ibérica tienen menor talla corporal que otros ejemplares europeos (Fernández-Llario, 2017).
Existe un cierto dimorfismo sexual en cuanto al tamaño corporal, siendo los machos un 5-10% más grandes que las hembras. Pero lo que realmente los distingue es la presencia de unos caninos muy desarrollados que crecen a lo largo de su vida (Figura 4).
Este suiforme puede alcanzar los 10 u 11 años de vida, sin embargo la mayoría no supera los 3 años.
Comportamiento social: matriarcado
La organización social del jabalí es un poco compleja. En primer lugar, el grupo o unidad familiar principal está conformada por una hembra adulta con gran experiencia (líder), seguida por otras hembras adultas emparentadas con ella. Junto a este grupo se desarrollan las crías, tanto machos como hembras, de ese año y también hembras subadultas de la temporada anterior. Se trata, por lo tanto, de un matriarcado (Fernández-Llario, 2017).
En la periferia de estos grupos se encuentran grupos de machos adultos y subadultos. Los primeros formarán parte del matriarcado durante la época de celo, expulsando a las crías machos del año anterior (Fernández-Llario, 2017).
La base de la comunicación de esta especie son los sonidos que emiten, tanto las crías como los adultos. Pueden ser chillidos, gruñidos cortos y secos, otros más agudos como señal de alarma, etc.
Alimentación: el animal oportunista por excelencia
Como indicamos en el título de este apartado, es un animal oportunista, de dieta omnívora y que aprovecha los recursos presentes en cada estación y ecosistema. La mayor parte de la ingesta de su dieta la conforman alimentos de origen vegetal, pero también existe una parte significativa de origen animal, compuesta por invertebrados fundamentalmente. Esta ingesta animal es importante, ya que sirve para completar el reducido aporte proteico de los alimentos vegetales (Fernández-Llario, 2017).
Aunque es un animal célebre por las típicas marcas que deja en el suelo llamadas hozaduras (Figura 5) como consecuencia de remover el suelo con su hocico en busca de alimento, este fenómeno ocurre, sobre todo, en otoño e invierno. Cabe comentar que hay zonas en las que el terreno lo permite todo el año. Al remover la tierra con el hocico, encuentra raíces, tubérculos, rizomas de helechos y diversos invertebrados como las lombrices (Rosell et al, 2001).
En primavera suelen pastar más que hozar y se sabe que pueden consumir más de un kilogramo de hierba al día.
Como comentábamos, la dieta del jabalí se divide en una fracción vegetal y otra animal, sin embargo, qué compone cada fracción depende de la región donde se encuentren. Por ejemplo, en Doñana, se sabe que se alimenta sobre todo de rizomas de castañuela (Scirpus maritimus) y la fracción animal incluye carroña de ciervos y gamos (Venero Gonzales, 1984). En la cordillera Cantábrica, durante el otoño y el invierno el componente vegetal de la dieta se basa en bellotas, acículas de pino y hayucos. El componente animal está compuesto por carroñas de perro, conejo, corzo y ratón de campo (Saenz de Buruaga, 1995).
Cabe mencionar que el jabalí se alimenta de trigo, cebada, alfalfa, etc, en las regiones donde estos cultivos son predominantes.
También pueden alimentarse de anfibios y reptiles. En Galicia, en concreto, se ha citado la depredación de este animal sobre el sapo de espuelas o Pelobates cultripes (Galán, 2012).
Además, Sus scrofa es uno de los mayores consumidores de carroñas generadas por la caza mayor. Así como también se sabe que depredan sobre los nidos de las perdices (Fernández-Llario, 2017).
Hábitat y distribución
Esta especie se encuentra en una gran variedad de hábitats a lo largo de toda la Península Ibérica. Esto es posible gracias a que consigue explotar de forma eficiente todos los recursos disponibles en cada región, así como también se aprovecha de las fuentes de alimentación de origen humano.
Cabe comentar que el uso de determinados hábitats varía conforme la estación, por ejemplo, en la Cordillera Cantábrica los jabalíes prefieren las zonas de matorral alpino en otoño y encinares y bosques mixtos en invierno (Fernández-Llario, 2017).
Se sabe que también prefiere áreas que no sean aprovechadas cinegéticamente, es decir, áreas donde no se permita la caza (Rodrigues et al, 2016).
Originariamente su distribución comprende a las siguientes regiones: Europa, norte de África, sur de Rusia y China, Oriente Medio, India, Sri Lanka e Indonesia. La presencia de esta especie aumenta con el número de horas de sol, las precipitaciones anuales, la pendiente y la cobertura arbórea del terreno (Fernández-Llario, 2017).
Como todas las especies existentes, a pesar de que su presencia cada vez es más vigente, la distribución del jabalí también sufrirá regresiones como consecuencia del cambio climático. Se habla de hasta el 60% en la Península Ibérica.
Reproducción: las parideras
La reproducción de Sus scrofa está supeditada a la condición física del animal. En el caso de las hembras, entran en celo cuando alcanzan los 30 kg de peso, lo cual suele corresponder con una edad de 10-11 meses. Aunque esto no siempre sucede así, existen casos en los que no alcanzan este tamaño hasta el año o año y medio debido a que el ambiente no aporta lo suficiente. En el caso de los machos, adquieren la madurez sexual al año de edad, pero necesitan crecer y desarrollar unos caninos de mayor tamaño para poder enfrentarse a otros machos y conseguir aparearse (Fernández-Llario, 2017).
El apareamiento tiene lugar entre octubre y noviembre (mayoritariamente) y el tamaño de la camada aumenta conforme aumenta el tamaño de la hembra. De media suelen tener entre 4 y 5 crías, pero pueden llegar a tener hasta 10 (Figura 6). Los partos pueden producirse entre enero y abril, dependiendo de cuando se hayan apareado. La gestación dura unos 4 meses.
Parece que existe una correlación positiva entre años lluviosos con el porcentaje de hembras reproductoras y el tamaño de las crías.
Un detalle a comentar es que, aunque existe una época de reproducción, cuando existe abundancia de alimento en otras épocas, como el verano, esto puede hacer que las hembras entren en celo y que se reproduzcan (Fernández-Llario & Mateos-Quesada, 1998).
Las parideras
El parto se lleva a cabo en parideras, que son nidos construidos por la propia hembra mediante ramas a modo de paredes y techo y materiales vegetales que mastica y deposita a modo de cama. Es algo bastante singular que suelen disponer en zonas soleadas, cerca de puntos de agua y en lugares de cobertura vegetal abundante (Fernández-Llario, 2017).
En el siguiente enlace podemos observar a una hembra preñada recolectando y colocando ramas para construir dicha estructura: Hembra preñada haciendo la cama
Depredadores
Como comentábamos en la introducción, el lobo (Figura 7) es su depredador por excelencia, sobre todo en los ejemplares jóvenes. Siendo también importante la depredación del zorro, lince o alguna especie de águila (como el águila real) durante la etapa de rayón.
Amenazas y conservación
Aunque no existe un peligro de extinción de sus poblaciones, no se puede considerar que se encuentre libre de amenazas. Fernández-Llario, en su artículo "Jabalí - Sus scrofa Linnaeus, 1758" expone una serie de problemas con los que lidia esta especie:
- Uno de los inconvenientes más grandes a los que se enfrenta es la hibridación con cerdos domésticos, que son la misma especie. Por lo que dan lugar a crías totalmente fértiles, pero que suponen un deterioro genético. En un principio, estos híbridos eran casuales, fruto de encuentros espontáneos entre ambos animales. Sin embargo, en la actualidad y seguramente motivado por la demanda de jabalíes para repoblar cotos de caza mayor (como siempre, la economía de unos pocos por delante del bienestar y el equilibrio natural), han proliferado granjas de jabalíes donde son cruzados con alguna variedad de cerdos domésticos. Con esto se consiguen jabalíes más grandes en menos tiempo y que las hembras incrementen el tamaño de la camada. En definitiva, aumentando los beneficios que criando jabalís puros.
- Otra amenaza es la contaminación por plomo o mercurio.
- Existen puntos de alimentación suplementaria que ocasionan un incremento en la riqueza de parásitos y la probabilidad de infecciones.
- Existen casos también de cerdos vietnamitas que han sido liberados y que también están hibridando con el jabalí.
- Por último, los atropellos son una importante fuente de de mortalidad en jabalís, así como ellos representan una amenaza para el tráfico rodado.
Está considerado por la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN como Preocupación Menor o LC a nivel global y peninsular.
Bibliografía
Apuntes de clase.
Fernández-Llario, P. (2017). Jabalí – Sus scrofa. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/
Fernández-Llario, P., Mateos-Quesada, P. (1998). Body size and reproductive parameters in the wild boar Sus scrofa. Acta Theriologica, 43: 439-444.
Galán, P. (2012). Pelobates cultripes (Western Spadefoot Toad). Depredation. Herpetological Review, 43 (3): 467-468.
Rodrigues, P., Herrero, J., García-Serrano, A., Prada, C., Giménez-Anaya, A., Ayala, R., Fernández-Arberas, O., Fonseca, C. (2016). Habitat use by wild boar Sus scrofa in Moncayo Nature Park, Spain. Pirineos. 171: e023.
Rosell, C, Fernández-Llario, P, & Herrero, J. (2001). El jabali (Sus scrofa LINNAEUS, 1758). Mamíferos de España. Galemys 13 (2).
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