El azor común

 


Figura 1. Ejemplar de Azor común, Accipiter gentilis. Fuente: https://avesrapaces.wiki/azor-comun/


El azor, Accipiter gentilis, es un ave rapaz diurna perteneciente a la familia Accipiterae. Es facilmente confundible con el gavilán (Accipiter nisus). En catalán recibe el nombre de Astor y en vasco, aztore arrunta. Se trata de un depredador muy versátil, capaz de adaptarse a las presas que le ofrece el medio en el que se encuentre. Por este motivo ha sido perseguido durante décadas por “causar daños” a las especies de interés cinegético.


Características generales

Los ejemplares adultos son marrón pizarra oscuro por encima, con la cabeza marrón negruzca, cejas blancas, finas y menos definidas hacia el sur del área de distribución, crema por debajo, con barras oscuras horizontales, más anchas y densas en el sur (Figura 2). Cabe destacar que existen diferencias entre las poblaciones que habitan en diferentes regiones. El pico destaca por su forma afilada, al igual que muchas aves rapaces, con una base amarilla y el resto negro o grisáceo. Los ojos (el iris) de los ejemplares adultos se van volviendo rojos con la edad, hasta alcanzar tonalidades granates e incluso negras en los ejemplares más viejos, lo que resulta muy curioso. 

Los juveniles son de apariencia parda, marrón oscuro por encima con márgenes pálidos, de color ante, en las coberteras y vientre crema-rojizo con barras verticales gruesas (Figura 3). También presentan variaciones según la región. Esto se cree que está relacionado con los días de sol, la intesidad lumínica, la cobertura de nieve, etc. Por este motivo, los azores escandinavos tienen tonos dorsales más grisáceos y el vientre más blanquecino (Kenward, 2006).

Los azores incrementan su tamaño un 10% por cada 10º de latitud hacia el norte, de esta manera, los azores finlandeses son un 10% mayores que los de las islas mediterráneas. Esto está relacionado con la Regla Bergmann (Kenward, 2006).

Existe dimorfismo sexual en los azores comunes. Las hembras son de mayor tamaño que los machos. Esto está relacionado con la reproducción. Como ya hablaremos otro apartado, los machos, durante la incubación de la puesta y los primeros estadios de las crías recién nacidas, se encargan al 100% de la alimentación de la pareja y de las mismas. Por este motivo, los machos de menor tamaño son más ágiles en la caza, sobre todo de animales de menor tamaño que son más abundantes. Por el contrario, la hembra es de mayor tamaño para incubar y proteger a las crías y el nido de posibles amenazas, así como el territorio que poseen (Kenward, 2006). Esto resulta muy inusual porque en la naturaleza lo más común es que la defensa del territorio y de la familia sea competencia del macho.

Pueden alcanzar edades máximas de 18 años, en casos excepcionales.



Figura 2. Ejemplar de Azor común. Fuente: https://seo.org/ave/azor-comun/


Figura 3. Ejemplar joven de Azor común. Fuente: https://www.flickr.com/photos/pacocampoy/39782274632

En el siguiente enlace podemos ver un ejemplar de Accipiter gentilis volando a cámara lenta, así como también podemos escuchar su característico sonido: Azor común


Muda

 Accipiter gentilis realiza una muda completa anual. Generalmente esta muda se activa con la reproducción debido a los procesos hormonales que esto conlleva. Las hembras comienzan a mudar el plumón antes de poner los huevos. Una vez los han puesto y finalizando el período de incubación, comienzan a mudar las plumas primarias y posteriormente las secundarias. De esta manera el nido está cubierto de plumas y las crías están bien protegidas. En el caso del macho, se retrasa varias semanas debido al desgaste energético sufrido por alimentar a la prole y a la hembra. Una vez que los pollos son grandes (un mes de edad aproximadamente) y que la hembra ya empieza a cazar, comienza con la muda (Zuberogoitia & Martínez, 2015).

La muda en las crías es un proceso un poco complejo, por lo que la explicación va a ser a grandes rasgos. Los pollos nacen con un plumón blanco corto y con los ojos gris azulado (Figura 4). Este plumón es fino, por lo que dependen de la madre y de las plumas del nido para mantener el calor. Al cabo de 7-10 días cambian el plumón por uno más largo, blanco también, y las patas se van pigmentando de amarillo. A los 20 días ya han empezado a aparecer algunas plumas de la cola y de las alas, así como ya pueden mantenerse de pie y comienzan a termorregular. A los 40 días de edad, ya comienzan a moverse y a volar por las inmediaciones del nido, pero aún regresan para alimentarse. Poco a poco se irán separando hasta que lo abandonan. Desde que abandonan el nido hasta que inician su primera muda mantienen el plumaje juvenil, pardusco y con barras verticales en las zonas ventrales. El iris gris se aclara rápidamente hacia un amarillo pálido que se irá transformando en amarillo. A finales de octubre o noviembre, acaban su primera muda, mostrando un plumaje adulto que mantendrá hasta el final de su vida (Zuberogoitia & Martínez, 2015).



Figura 4. Crías de azor en proceso de muda. También podemos distinguir el iris grisáceo. Fuente: https://seo.org/ave/azor-comun/


Alimentación

Los azores son depredadores oportunistas que pueden alimentarse de cualquier ave, mamífero o reptil. Las proporciones de sus presas dependen de la densidad de las mismas en su entorno, sin embargo, los conejos son fundamentales. En zonas donde abunda este animal, hay mayor densidad de parejas. Las gallináceas como la perdiz también constituyen un porcentaje importante de su dieta (Figura 5) (Zuberogoitia & Martínez, 2015).


Figura 5. Accipiter gentilis con su presa. Fuente: https://www.flickr.com/photos/cirdan-travels/52511327981


Técnicas de caza: la selección de la presa

Como acabamos de comentar, el azor es un ave depredadora que selecciona sus presas con precisión. Previamente al ataque, este ave observa desde atalayas a las potenciales víctimas y analiza cada una de ellas, seleccionando al animal según su condición corporal, si hay más ejemplares, la actividad de la misma o, incluso, el sabor. La vulnerabilidad de la presa es fundamental. Una vez fija su objetivo, ataca desde su posadero, se desplaza en vuelo rasante hasta su presa sin ser visto y, una vez está próximo, acelera y la atrapa con sus garras. O bien puede realizar una pequeña persecución durante unos metros (Zuberogoitia & Martínez, 2015).


Hábitat y distribución

 La selección del hábitat por parte del azor es compleja. Se trata de una especie forestal que selecciona bosques maduros con complejidad estructural (Kenward, 2006). Es decir, selecciona bosques con grandes árboles sobre los que nidificar con una edad superior a 80 años. También puede nidificar sobre plantaciones de pinos y eucaliptos, pero estas plantaciones deben permanecer 35 años en el caso de los pinos y 80 años en el caso de los eucaliptos antes de ser cortados (Zuberogoitia & Martínez, 2015).

Se trata de una especie con una distribución Holártica, a lo largo del Paleártico occidental (Figura 6). En España se distribuye por todo el territorio peninsular, con la excepción de ambos archipiélagos y Ceuta y Melilla. Se trata de una ocupación continua en la mitad norte, salvo en la depresión del Ebro y fragmentada en el sur, donde se acumula en zonas con masas forestales y de mayor pluviosidad como Sierra Morena, Huelva, Montes de Toledo, etc. (Balbás, et al. 2003).

 


Figura 6. Distribución azor común. Fuente: https://animalandia.educa.madrid.org/ficha-mapa.php?id=1481

 

Reproducción

 El cortejo comienza en los meses invernales (Figura 6), pero las primeras puestas suelen retrasarte hasta los meses de marzo y abril, incluso hasta mayo. Suele influir la edad de la hembra, la latitud y la temperatura ambiental.


Figura 6. Pareja de azores. Fuente: https://sparrou.net/ave/azor-comun/


El tamaño de la puesta depende del momento en que se produzca, cuanto más temprana, mayor es. Generalmente suele ser de 2-3 huevos puestos con 1 o 2 días de diferencia. La incubación solamente la realiza la hembra, solamente la releva el macho en las escasas ocasiones en las que la hembra va a asearse o a alimentarse. Transcurridos 35-40 días, los pollos comienzan a nacer. Durante los primeros días de crianza, el macho se encargará de alimentar a la hembra y a los polluelos. Posteriormente, hacia los 22 días, en los que las crías ya pueden termorregular, la hembra los deja solos más tiempo para poder cazar. Aumentando así la cantidad de alimento para ellos. A los 35-42 días de edad se van moviendo por los alrededores del nido, alejándose paulatinamente, hasta que a los 40-45 días ya son capaces de volar (Kenward, 2006).

Construcción del nido

Los azores seleccionan los árboles más grandes del entorno y construyen el nido entre el tronco y una rama principal (Figura 7). El nido debe estar cerca de corredores de vuelo naturales o hechos por el hombre. El nido suele disponerse a una altura aproximada de 16 m.



Figura 7. Azor común con sus crías. Fuente: https://www.faunaiberica.org/azor




Depredadores

Los azores adultos forman parte de la dieta del búho real (Bubo bubo) (Figura 8). La marta (Martes martes) puede depredar sobre las crías.

 


Figura 8. Búho real. Fuente: https://seo.org/ave/buho-real/


Amenazas y conservación

Las amenazas a las que se enfrena Accipiter gentilis son muy numerosas. Entre todas ellas podemos resumir las siguientes (Balbás, et al. 2003; Zuberogoitia & Martínez, 2015):

- Persecución directa y deforestación durante la segunda mitad del siglo XX. Problema que continúa en este siglo.

- Envenenamiento por pesticidas.

- Pérdida de hábitat por prácticas forestales desordenadas e incremento de áreas urbanas.

- Disparo intencionado y trampeo en cotos de caza menor, en zonas de migración y ternos vinculados a cría de palomas para competiciones.

- Expolio de crías para cetrería.

- Incendios forestales.

- Electrocuciones en tendidos eléctricos.

- Colisiones con aerogeneradores de parques eólicos.

- Contaminantes ambientales como metales pesados. Se han encontrado altos niveles de Cadmio en crías de poblaciones de Galicia (Ramón et al, 2011).

- Se ha constatado la incidencia de algunas enfermedades (Tricomoniasis) en lugares con alta densidad de Paloma Doméstica.

- Por último, por supuesto, los efectos del cambio climático. Se proyectan contracciones en la distribución observada y potencial de hasta un 70% en 2041-2070 (Araújo et al., 2011).

 

Bibliografía

Apuntes del grado.

Araújo, M. B., Guilhaumon, F., Rodrigues Neto, D., Pozo Ortego, I., Gómez Calmaestra, R. (2011). Impactos, vulnerabilidad y adaptación de la biodiversidad española frente al cambio climático. 2. Fauna de vertebrados. Dirección general de medio Natural y Política Forestal. Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, Madrid. 640 pp.

Balbás, R., González-Vélez, M., & Mañosa, S. (2003). Azor Común- Accipiter gentilis. Atlas. Ministerio de Transición Ecológica. Pp 178-285.

Kenward, R. (2006). The Goshawk. T & AD Poyser, London.

Ramón, L., Martínez-López, E., Jiménez, P., Gómez-Ramírez, P., María-Mojica, P., Martínez, JE., Calvo, JF., & García-Fernández, AJ. (2011). Exposición a metales en pollos de azor (Accipiter gentilis) y su relación con parámetros bioquímicos sanguíneos. XIX Congreso Español de Toxicología.

Zuberogoitia, I., & Martínez, J. E. (2015). Azor común – Accipiter gentilis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/












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