El salmón atlántico
El salmón (Salmo salar) es un pez perteneciente a la familia de los salmónidos, al igual que la trucha (Salmo trutta), de la que ya hablamos en otra entrada del blog. Se trata de un pez que puede alcanzar un gran tamaño y que además presenta un ciclo de vida complejo, con diferentes fases en las que sufre múltiples cambios morfológicos, como comentaremos a continuación.
Características generales
Especie de gran talla que puede alcanzar 1,5 m de longitud total y 45 kilos de peso máximo, sin embargo en España no suele alcanzar el metro de longitud y los 20 kilos de peso. Pueden vivir hasta los 13 años de edad (edad máxima encontrada).
Entre la aleta dorsal y la caudal posee una aleta adiposa. Las aletas pelvianas están en posición abdominal y los dientes mandibulares bien desarrollados. Cabeza más pequeña que la de la trucha. Presentan un maxilar pequeño alcanzando sólo a la mitad posterior del ojo. En los machos de edad avanzada, las mandíbulas pueden presentar una notable deformación ya que se encorvan por su extremo (Figura 2). Pedúnculo caudal estrecho en su porción central. Escamas pequeñas en número de 120 a 130 en la línea lateral.
Hábitat y distribución
Esta especie habita en el Atlántico Norte, desde Groenlandia, Islandia y el mar Blanco hasta el río Miño. En España se distribuye por los ríos: Nive, Bidasoa, Urumea, Asón, Miera, Pas, Nansa, Deva-Cares, Purón, Porcía, Sella, Negro, Narcea, Esva, Navia, Ea, Masma, Landró, Eume, Mandeo, Ulla, Lérez y Miño.
Reproducción: Ciclo vital
El salmón es una especie migradora anádroma que sube los ríos para realizar su reproducción en aguas frías y oxigenadas. En España la entrada en los ríos se produce desde octubre hasta agosto, siendo más grandes los individuos que entran antes (40 cm de talla media) y la maduración gonadal concluye en el río.
Para comentar el complejo ciclo vital del salmón atlántico, vamos a dividirlo en dos etapas:
Migración del río al mar
Partimos de la puesta de los huevos en lechos de grava (Figura 7). Las crías emergen una vez han absorbido parte del vitelo y permanecerán allí mientras se alimentan del vitelo restante y crecen hasta alcanzar la fase de pintos. Una vez alcanzada esa fase, se trasladan a zonas donde hay más corriente y el sustrato de la grava más áspero, defendiendo el territorio de otros pintos y especies. De esta manera consiguen maximizar su oportunidad de alimentarse de invertebrados acuáticos y terrestres.
Un detalle interesante es que, en el caso de los pintos macho, alcanzan la madurez sexual y se mueven hacia arriba o hacia abajo de la corriente en busca de sitios de desove. Estos, en ausencia de individuos adultos, son capaces de estimular a las hembras adultas a desovar. Los pintos maduros pueden comer huevos, con lo que podría tener una importante función en el suministro de energía (reemplazando el gasto producido por la producción de las gónadas) y en la producción del desove.
Todos los animales funcionan evaluando el balance gasto energético – alimento disponible, por lo que, Salmo salar aprovecha estacionalmente el agua tibia para maximizar la ingesta de alimentos y el crecimiento. Durante el invierno debe conservar la energía, momento en el que hay menos comida disponible y una corriente demasiado fuerte con un coste energético demasiado elevado. Por lo que se sitúan entre las piedras o incluso pueden regresar al nido de donde emergieron.
Los ejemplares de mayor tamaño continuarán su desarrollo hasta convertirse en esguines la siguiente primavera e iniciarán su migración hacia el mar. Donde permanecerán la mayor parte de su vida y donde seguirán alimentándose y creciendo para convertirse en adultos reproductores.
Migración del mar al río
En el mar, los salmones adultos tienen una tonalidad azul-verdosa, el dorso oscuro y los flancos plateados. Su objetivo es seguir alimentándose y acumular reservas, ya que cuando entren a los ríos dejarán de alimentarse, el tubo digestivo degenera y sobrevivirán gracias a sus reservas, empleadas también para la reproducción sexual de aquellos ejemplares que consigan llegar a los lugares de freza (construcción de nidos en la grava y posterior puesta y fecundación). Generalmente suelen transcurrir 3 años hasta que vuelven al río, rara vez regresan pasado un año o permanecen más de ese tiempo sin reproducirse.
Cuando la época de reproducción se aproxima (de enero a junio, sobre todo), se dirigen a los ríos, avanzando por las desembocaduras durante la noche y permaneciendo entre rocas y en zonas tranquilas durante el día. Hay que tener en cuenta que este avance se produce a contracorriente, además de que van a tener que atravesar cascadas y fuertes desniveles, por lo que muchos mueren por el camino debido al esfuerzo. Por otro lado, esta migración reproductora atrae a muchos depredadores, que esperan con ansias su oportunidad para aprovecharse. Las reservas de grasas se van agotando, perdiendo peso y adquiriendo una coloración rojiza debido a la degradación de las escamas.
Figura 8. Adultos en su migración a los lugares de freza. Fuente: https://temas-selectos-de-ciencias.blogspot.com/2019/08/divulgacion-epica-travesia-salmon.html
Una vez consiguen llegar al lugar de reproducción, la hembra excava un nido en la grava y pone los huevos, el macho los fecunda y termina el ciclo.
Figura 9. Adultos reproduciéndose. Fuente: http://migraminho.org/wp-content/uploads/2020/03/Ciclo-de-vida-del-salmon-Atlantico_.pdf
Muchos salmones acaban agotados y mueren poco después, otros pocos consiguen realizar el camino de vuelta al mar.
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